Ámense los unos a los otros y no Condénense los unos a los otros

Sin embargo sí hacemos condenas, también las hacen los que dicen que no condenemos. Condenamos las desigualdades sociales, que haya unos que tienen mucho y otros a los que les falta lo necesario, condenamos el tráfico de seres humanos, la pederastia, la corrupción, etc., incluso se condena a los que dicen que se debe seguir lo que ha dicho la doctrina católica durante siglos... ¿entonces porqué condenar unas cosas sí y otras no?, pensamos que si somos sinceros reconoceremos que la diferencia está entre lo que condena el mundo y lo que ya ha asumido, como si se dudase que lo que se ha dicho hasta ahora no estuviera basado en conocer la verdad profunda de las cosas y no quedándose sólo en la superficie.

Desde el punto de vista práctico es una verdad que los cambios sociales están trayendo la destrucción de la institución de la familia y la muestra más visible es el aumento de divorcios, el número de abortos, la crisis demográfica, etc. y si se dan por válidas las situaciones de los divorciados en lugar de poner remedio a la crisis de la institución familiar se estará apoyando de forma indirecta, aunque eso personalmente facilite la relación con la religión a las personas ya divorciadas.

Porque se perderá la referencia de lo correcto, un matrimonio estable. Y en lugar de que se luche por conservarlo se promoverá como una opción válida el divorciarse y volverse a casar, quizás no en el plano teórico pero sí por la vía de los hechos, más en los sencillos. Se promoverá que haya más familias desestructuradas que no van ha hacer felices a los hijos. Es más fácil que se tengan hijos cuando se planeta un proyecto de vida en común y se dará más la anticoncepción y el aborto en parejas que no se planteen un proyecto a largo plazo, etc. Es cierto que ya hay en la sociedad muchas personas divorciadas y familias rotas, pero se debe mantener la referencia de lo qué está bien para que se pueda tender a ello y no tender hacia lo contrario y para que las personas que de entrada podrían tener una familia cristiana no se contagien de la mentalidad actual. Es posible que el teórico bien de algunos vueltos a casar para que puedan acercarse más a la religión sea un mal ejemplo para otros.