Sin juzgar no sería necesaria la misericordia

Porque si no hay una falta ó no se tiene consciencia de haberla cometido, no es necesario perdonar.

En la época de Jesús la sociedad judía era religiosa y tenía presente qué era pecado, y Jesús lo perfeciona diciendo que no seamos duros al juzgar los fallos personales de los demás, pero sin cambiar el concepto de lo que era pecado ("No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas", San Mateo 5, 17-19). Se puede decir que mantiene una postura lógica, es misericordioso porque antes se ha explicado en qué actos se ofende a Dios, si no hubiera habido actos condenables no hubiera sido necesario que luego fuera misericordioso.

Jesús promueve la misericordia pero también recuerda que antes ha habido un juicio, cuando dice el que esté libre de pecado que tire la primera piedra lo dice porque sabe que esas personas antes han juzgado cuales de sus actos son pecado. Y cuando dice vete y no peques más, también dice que se juzguemos cuales de nuestros actos son pecado para intentar no volver a caer en ellos.

Jesús no hubiera dicho por ejemplo a los romanos; el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque éstos no hubieran sabido a qué se refería y hubieran contestado algo como; ¿pecado?, ¿qué es eso de pecado?. Y es quizás el problema de ahora, si no se anuncia qué es pecado y se juzgan los actos, al cabo de un tiempo no se sabrá qué es pecado y paradójicamente habrá personas que no se beneficiarán de la misericordia. Porque en la mentalidad social de ahora no se promueve ser misericordioso con el pecador, con los fallos personales, sino que deje de existir el concepto de pecado.

Ha sido habitual en las sociedades católicas ser comprensivos con los fallos personales y tener al mismo tiempo una guía segura de lo que estaba bien y mal. Sin embargo en otras sociedades ha habido más relativismo en la guía de lo que estaba bien y mal y sin embargo más dureza en el juicio a los fallos personales.