La pobreza









Jesús es explícito sobre cual debe ser nuestra forma de actuar ante los necesitados;

"Mateo 25, 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me disteis alojamiento; 36 necesité ropa, y me vestisteis; estuve enfermo, y me atendisteis; estuve en la cárcel, y me visitasteis.” 37 Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o falto de ropa y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?” 40 El Rey les responderá: “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, por mí lo hicisteis.”
41 »Después dirá a los que estén a su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis nada de comer; tuve sed, y no me disteis nada de beber; 43 fui forastero, y no me disteis alojamiento; necesité ropa, y no me vestisteis; estuve enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.” 44 Ellos también le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?” 45 Él les responderá: “Os aseguro que todo lo que no hicisteis por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicisteis por mí.”
46 »Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".



Y a pesar de este pasaje no creemos que exista una preferencia por los pobres, aunque atender a los necesitados es una de las obligaciones importantes del cristianismo. Decimos obligaciones, no una recomendación que se pueda elegir hacer. Los que defienden que en la fe no se impone nada, que sólo hay hay recomendaciones que más ó menos seguir, pueden ver aquí que Jesús manda cosas concretas. Y si reconocemos esta obligación, también deberemos reconocer las otras cosas que nos manda, por ejemplo cumplir los mandamientos, sino sería como actuar a la carta. Si es malo que un cristianos no se ocupe de los necesitados, también lo será que un cristiano se ocupe de los necesitados y no de cumplir los mandamientos, salvo que metafóricamente arranquemos las páginas del Nuevo Testamento en las que habla de ello. A veces se dice que recordar cumplir los mandamientos es como a acogerse a la letra de la ley y no se dice sobre la obligación de atender a los necesitados.

Creemos que si existe una preferencia es hacia la salvación de todos los hombres, sino sería como si el mundo material fuese más importante que la vida eterna. Al fin y acabo Jesús murió en la cruz por nuestros pecados.

Por ejemplo un campesino de una zona del mundo pobre que tiene lo justo para vivir y tiene fe y la práctica, es más rico que una persona de mundo rico con un trabajo bien remunerado pero si fe. El patrón de Madrid, San Isidro labrador, visto con lo ojos de hoy era un campesino pobre, sin medios mecánicos, con pocas comodidades, sin luz eléctrica ni agua corriente en su casa, y sin embargo probablemente fue feliz. Otro ejemplo fue el indio Juan Diego al que se le apareció la Virgen de Guadalupe, seguramente antes era sólo un campesino sencillo con fe. Cuando ahora vemos en los documentales a pueblos como los Masais se le ve alegres, con buena saludo y orgullosos de sus rebaños de ganado, ¿se les podría calificar de pobres?, desde nuestro el punto de vista de nuestra renta percápita se podría decir que sí, sin embargo ellos no parece que lo vean así. Parece que se ven ricos o pobres dependiendo del número de vacas que tienen. Y por hacer una semejanza deben tener un nivel de vida similar al nivel medio que habría en la época de Jesús y cuando Éste les decía a sus discípulos que ayudasen a quienes tienen hambre les diría que ayudasen a quienes eran más pobres que lo que hoy son los masais.

Lo que muestra es que la riqueza y la pobreza son relativas en el tiempo y en el espacio, hoy hay cosas de las que disfrutan las clases bajas que antes del siglo XIX - XX no tenían las clases más altas de esas épocas, por ejemplo cuando en los programas de viajes vemos medios de transportes que definiríamos tercermundistas, autobuses destartalados, trenes oxidados sin comodidades, ya les hubiera gustado a la clase alta que utilizaba como medio de trasporte el caballo viajar a 80 kilómetros por hora y hacer un trayecto de 300 km (Madrid-Valencia) en unas horas en lugar de en varios días. Como ejemplo, las caravanas que cruzaban EE.UU. desde la costa este hacia California, salían en primavera y llegaban en octubre.

El caso es que si sigue el desarrollo tecnológico dentro de 300 años seguramente nuestro nivel de vida medio de hoy les parecerá mísero. Pero lo que no cambiará es que el hombre seguirá necesitando salvarse y seguir los valores cristianos le hará tener una vida más equilibrada. Afirmaciones como la preferencia por los pobres parecen estar más bien influidas por la mentalidad de nuestra época en la que se ha puesto casi como único fin la economía y el progreso. No es que estas cuestiones deban ser abandonadas, son importantes, pero deben estar dentro de un orden de valores correcto, y abandonarlos lleva a desequilibrios. Ya hemos comentado que un desequilibrio visible en la búsqueda del desarrollo sin contar con los valores cristianos de nuestra sociedad es la crisis de natalidad.

Pero además de seguir la fe cristiana al completo, se sigue que la atención a los necesitados sea más entregada y eficaz. Y que muchas veces centrarse más en la atención a los necesitados y descuidar la práctica religiosa como si fuese algo burocrático que en teoría no se centra en lo importante, aunque con buena intención, lleva a muchos gestos y manifestaciones sobre ello pero que resuelven poco, y sobre todo no resuelven las causas principales. Un caso es la crisis de los refugiados que huyen de la guerra en Siria, Libia, etc, esas crisis se hubiera evitado si los que han provocado más daño del que pretendían remediar, hubieran seguido más los valores cristianos. Ya Juan Pablo II criticó la segunda intervención en Irak por lo que podía provocar.

La película "Disparando a perros (2005)" trata este tema, ambientada en la guerra de Ruanda un grupo de la etnia perseguida se refugia en una escuela dirigida por un sacerdote católico y hay una escena en la que en medio del nerviosismo de la situación el sacerdote se propone celebrar misa y un joven profesor laico le dice que en lugar de ello debería dar de comer y de beber a esas personas y tranquilizarlas, y le responde el sacerdote que entonces vayan a misa y recibirán las tres cosas en una. Al final cuando las tropas de la ONU se van dejando a su suerte a los ruandeses, el sacerdote se queda con los refugiados y el profesor laico se marcha con los soldados. La película está basada en hechos reales, la guerra provocó casi un millón de víctimas y fue un escándalo el abandono por parte de occidente y de la ONU. Pero refleja que la ayuda entregada a los necesitados se da más como una consecuencia de la fe que como una intención por sí misma, porque es conocido que en los sitios más peligrosos los últimos que se quedan con riesgo de su vida son misioneros religiosos, mientras otras organizaciones de ayuda se marchan antes. Y esto ha ocurrido desde mucho antes de que esta nueva corriente se quiera centrar más en los desfavorecidos. Luego no creemos que exista una preferencia por los pobres, sino que la atención a los necesitados más entregada y eficaz sale de forma natural de una vida religiosa completa.

Y aunque seamos reiterativos, un ejemplo de la mentalidad incompleta y la menor entrega de la llamada preferencia por los pobres es que suele evitar los temas que no son políticamente correctos, por ejemplo la defensa del no-nacido, es llamativo a veces la atención dedicada a la crisis de los refugiados y tan poca al tema del aborto, cuando éste segundo provoca más víctimas.












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