. "Se cree que murieron 6.844 religiosos: 12 obispos, 283 monjas, 4.184 sacerdotes y 2.365 monjes (1). Muchos de estos crímenes estuvieron acompañados de una frívola y sádica crueldad. Por ejemplo, al parecer, el párroco de Torrijos, Liberio González Nonvela, dijo a los milicianos que lo hicieron prisionero: «Quiero sufrir por Cristo.» «¡Ah!, ¿si? - le contestaron -, pues entonces morirás como Cristo.» Lo desnudaron y lo azotaron despiadadamente. Luego cargaron un tronco sobre las espaldas de su víctima, le dieron a beber vinagre y lo coronaron de espinas. «Blasfema y te perdonaremos», decía el jefe de los milicianos. «Yo soy quien os perdona y os bendice», contesto el sacerdote. Los milicianos discutieron como lo matarían. Algunos querían crucificarlo, pero al final lo mataron a tiros. Su última voluntad fue morir de cara a sus torturadores, para poder bendecirlos. El obispo de Jaén fue asesinado con su hermana por una miliciana apodada «la Pecosa» ante una multitud alboroz...
Como ustedes ya saben, etnolatría significa la adoración a la propia etnia suplantando a Dios. Uno de los más graves problemas que actualmente sufre España es el peligro de ruptura de su unidad nacional.Y mucha culpa de esta lamentable situación de inquietud por nuestra cohesión nacional la tienen ciertos Obispos y sacerdotes que, especialmente en Cataluña y Vascongadas, mantienen irresponsables posturas disgregadoras. Con ello, no sólo zahieren a su verdadera Patria, que es España, sino que además relegan su fe cristiana a un plano secundario, primando siempre su idolatría por una determinada raza o región a la que ellos pretenden convertir, antihistóricamente, en “nación. Anteponen su etnia a su fe. LEER MÁS....
. Según una encuesta del Consejo de Europa realizada entre los estudiantes de ciencias de todos los países de la Comunidad, casi el 30 % de ellos tiene el convencimiento de que Galileo Galilei fue quemado vivo en la hoguera por la Iglesia. Casi todos (el 97 %) de cualquier forma, están convencidos de que fue sometido a torturas. Los que -realmente, no muchos- tienen algo más que decir sobre el científico pisano, recuerdan como frase «absolutamente histórica», un «Eppur si muove!», fieramente arrojado, después de la lectura de la sentencia, contra los inquisidores convencidos de poder detener el movimiento de la Tierra con los anatemas teológicos. Estos estudiantes se sorprenderían si alguien les dijera que estamos ahora en la afortunada situación de poder datar con precisión por lo menos este último falso detalle: la «frase histórica» fue inventada en Londres en 1757 por Giuseppe Baretti, periodista tan brillante como a menudo muy poco fehaciente. El 22 de junio de 1633, en Roma, en...
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