Obligan al dueño del asador Guadalmina a cerrar su negocio
por permitir fumar.





La consejera de Salud de la junta de Andalucía, María Jesús Montero decía ayer en unas declaraciones que se procedía al precinto del local como en cualquier otra situación dónde se incumpla la ley. Y el caso es que durante casi 25 años se ha estado incumpliendo la ley anterior del aborto en toda España, también en Andalucía, porque sabemos que del 97% de los abortos que se realizaban dentro del supuesto de riesgo para la salud síquica o física de la madre, la inmensa mayoría eran falsos y se cometían en fraude de ley. Y además la Junta de Andalucía pagaba con dinero público el 75% de los abortos.

Las clínicas abortistas han estado incumpliendo la ley sistemáticamente y no fueron precintadas, ni si quiera fueron inspeccionadas. Era tan conocido el fraude permitido en toda España que venían mujeres de otros países a deshacerse aquí de sus hijos, y cuando por fin salto el escándalo a los medios de comunicación la actitud de las autoridades lejos de emprender medidas contra las clínicas, fue la contraria, hacer legal la mayoría de los fraudes de ley que se cometían porque ya hacía mucho tiempo que eran consentidos.

Se supone que si en la ley anterior sólo se permitía el aborto en unos supuestos era porque se consideraba al embrión sujeto de unos derechos (humanos, porque no puede ser de otra especie) y por lo tanto su vida debía ser protegida. Las autoridades sanitarias son las que tienen la misión de proteger la salud de los ciudadanos de los efectos nocivos del tabaco y las encargadas de vigilar el cumplimiento de la ley anti-tabaco y como vemos por el caso del asador Guadalmina la aplican de forma expeditiva, pero si a las autoridades les preocupa tanto la salud de los ciudadanos ¿cómo es posible que les preocupe tan poco la salud de los ciudadanos antes de nacer, cuando aún están en el vientre de su madre?

Al fin y al cabo los ciudadanos por los que se preocupa la Junta de Andalucía son adultos y pueden elegir si quieren entrar en un bar que ha puesto un cartel en la puerta diciendo "aquí se permite fumar" y quien quiera entra y quien no quiera no lo hace y se va a otro sitio. Pero el ciudadano pre-natal NO puede elegir, deciden por él y con perjuicio grave para su salud, lo abortan.




Sala de "operaciones" de una clínica abortistas.

Este tipo de "cruzadas" anti-tabaco así como otras de lo políticamente correcto nos hacen ver lo ilógico y absurdo del orden del valores que tenemos en nuestra sociedad que presume de regularse con inteligencia y racionalidad y de ser autosuficiente en cuanto a las orientaciones morales... se cierra con gran alboroto un bar por permitir fumar y al mismo tiempo de paga con dinero público la mayoría de los abortos (sobre todo en Andalucía) que van parar a los bolsillos de las clínicas abortistas que han estado incumpliendo la ley de forma sistemática. A las autoridades les preocupa la salud de los fumadores pasivos y no les preocupa nada la salud de los niños que aún están en el vientre de su madre. Es conocida la "oferta" de la Junta de Andalucía de un descuento del 20% por usar el carnet jóven en los abortos, creo que también pasó en Valencia.

No se trata de estar en contra de la ley anti-tabaco, es bueno que los no fumadores estén a salvo de un humo perjudicial, pero se tendría que haber dejado libertad a los empresarios de hostelería para declarar su establecimiento de fumadores o no-fumadores y quién quisiera que bajo su responsabilidad pudiera entrar o no hacerlo. Y esta acción contra los establecimientos que se declaran rebeldes por permitir una actividad que no es ilegal parece desproporcionada, sobre todo comparando la pasividad con que las autoridades permiten saltarse la ley en situaciones objetivamente mucho más graves. Y sobre todo si lo comparamos que con que se haga legal y subvencionado lo que no es otra cosa que un crimen cruel y masivo, el aborto.

Cuando se plantea a veces en la sociedad si se debe ser Quijote o Sancho Panza, si es necesario y bueno arriesgar un poco en la defensa de lo que se piensa o por el contrario es mejor adecuarse a la situación e intentar vivir con los menos conflictos posibles... en el propietario del asador de Guadalmina tenemos un ejemplo de que a veces hay que ser un poco Quijotes y de que con la resistencia pacífica se puede hacer mucho ruido contra leyes abusivas.

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