El trabajo según Cesar Vidal


Dice Vidal; «Otra de las consecuencias de que España se quedara en el campo de la Contrarreforma fue que, al igual que naciones como España, Portugal o Italia, adoptó una visión no precisamente positiva sobre el trabajo». «El trabajo no es un castigo, fruto de la Caída; cualquier trabajo que no sea delictivo ni inmoral es digno; y es obligado trabajar para vivir a la vez que no está nada bien vivir de los demás.»

Cesar Vidal no se ha molestado en consultar lo que dice la doctrina católica sobre el trabajo:

2427. El trabajo humano procede directamente de personas creadas a imagen de Dios y llamadas a prolongar, unidas y para mutuo beneficio, la obra de la creación dominando la tierra (cf Gn 1, 28; GS 34; CA 31). El trabajo es, por tanto, un deber: “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2  Ts 3, 10; cf 1 Ts 4, 11). El trabajo honra los dones del Creador y los talentos recibidos. Puede ser también redentor. Soportando el peso del trabajo (cf Gn 3, 14-19), en unión con Jesús, el carpintero de Nazaret y el crucificado del Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el Hijo de Dios en su obra redentora. Se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz cada día, en la actividad que está llamado a realizar (cf LE 27). El trabajo puede ser un medio de santificación y de animación de las realidades terrenas en el espíritu de Cristo.

2428. En el trabajo, la persona ejerce y aplica una parte de las capacidades inscritas en su naturaleza. El valor primordial del trabajo pertenece al hombre mismo, que es su autor y su destinatario. El trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo (cf LE 6).

Cada cual debe poder sacar del trabajo los medios para sustentar su vida y la de los suyos, y para prestar servicio a la comunidad humana.


Catecismo de la Iglesia Católica.


¿No vemos acaso con nuestros propios ojos cómo los incalculables bienes que constituyen la riqueza de los hombres son producidos y brotan de las manos de los trabajadores, ya sea directamente, ya sea por medio de máquinas que multiplican de una manera admirable su esfuerzo?

Más aún, nadie puede ignorar que jamás pueblo alguno ha llegado desde la miseria y la indigencia a una mejor y más elevada fortuna, si no es con el enorme trabajo acumulado por los ciudadanos —tanto de los que dirigen cuanto de los que ejecutan—.Pero está no menos claro que todos esos intentos hubieran sido nulos y vanos, y ni siquiera habrían podido iniciarse, si el Creador de todas las cosas, según su bondad, no hubiera otorgado generosamente antes las riquezas y los instrumentos naturales, el poder y las fuerzas de la naturaleza.


Pío XI, QUADRAGESIMO ANNO.


Continua Vidal; «De manera nada sorprendente, las naciones que aceptaron esa visión reformada derivada de la Biblia experimentaron un cambio radical hasta el punto de que incluso sus clases privilegiadas decidieron trabajar porque estaba pésimamente considerada la holganza y fueron abriendo camino a un desarrollo económico impensable en las naciones de la Contrarreforma como España, Portugal, Italia o las de Hispanoamérica donde todavía se habla de un “concepto calvinista del trabajo” con evidente desprecio y no menor inexactitud». 





Italia tiene unos 60 millones de habitantes y el Reino Unido un millón más, y según el FMI en 2010 el Reino Unido tenía un PIB nominal de 2.258.565 millones de dólares e Italia tenía un PIB nominal de 2.036.687 millones de dólares. ¿Cómo habiendo tan poca diferencia en el producto interior bruto entre un país y otro se puede decir que un país tiene una visión positiva del trabajo y otro tiene tendencia a la holganza y al "vivalavirgencismo"?

Para que Italia tenga su PIB es necesario que millones de italianos trabajen bien cada día.

En Italia hay bastante diferencia económica entre el norte y el sur, siendo igualmente católicos. El norte de Italia es una de las regiones más desarrolladas de Europa, si los italianos del sur quieren prosperar no es necesario que copien a los países de la Reforma cambiando su tradición cultural, sólo tienen que copiar en cuestiones económicas a sus compatriotas del norte. Y en España ocurre parecido.

Los problemas actuales de países como Italia y España no vienen de una teórica baja productividad de sus trabajadores, sino, como ya hemos repetido, de la deuda ocasionada por una mala administración y por una burbuja económica a nivel mundial y local. Por ejemplo, en Madrid durante la burbuja se hicieron obras espectaculares, como la T4 de Barajas, ó el soterramiento de la M30, fueron obras bien realizadas, no se puede decir que fueran muestra de chapuza u holganza. Ese no era el problema, el problema es que en realidad no podíamos pagarlas y para llevarlas a cabo nos estábamos endeudando, estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Y luego se hicieron disparates como aeropuertos sin vuelos comerciales, o trayectos del AVE sin viajeros, obras seguramente desde el punto de vista técnico bien hechas...

Hoy ha salido la noticia de que el déficit de la administración aumenta por la deuda de las autonomías y quizás deberíamos plantearnos si nos podemos permitir el estado autonómico tal y como está planteado, entre otras cosas porque con este sistema se multiplicaron por tres el número de funcionarios con respecto a los que había en los años 70, duplicidad de competencias, mala administración en muchos casos, 17 parlamentos regionales... ¿qué tiene que ver este derroche con nuestra tradición cultural?


«Ciertamente, Calvino era un extraordinario trabajador y de ello dan fe sus obras completas redactadas en tiempos nada fáciles, pero es que su punto de vista sobre el trabajo fue antecedido por otros reformadores – y, por supuesto, por los judíos – por la sencilla razón de que procedía directamente de la Biblia».

Ya comentamos que el catolicismo sólo hizo que seguir haciendo lo mismo que el cristianismo desde el siglo I. Pero si los 15 siglos de existencia del cristianismo anterior a la Reforma, fueron de vagancia, ¿cómo se explica el desarrollo social, cultural, económico y técnico del Renacimiento?. El Renacimiento fue la culminación del desarrollo de las sociedades cristianas durante la Edad Media. Vidal cae en un error de planteamiento en el que también caen algunos ateos militantes y es hablar como si cuando llegaron reformados y ateos, Europa fuese un solar de ciudades destartaladas y con su llegada todo hubiera cambiado. Pero la Reforma no aterrizó en medio de la nada y empezó de cero a construir las sociedades y naciones que alaba Cesar Vidal, sino que surgió en medio de un mundo que ya había alcanzado el mayor desarrollo humano y técnico conocido hasta entonces, incluidas las grandes civilizaciones de la antigüedad. Se descubrió y exploró un continente nuevo y un nuevo océano y no se había hecho antes. Y se dio la primera vuelta al mundo, y se exploraron el resto de los continentes y no se había hecho antes. ¿Cómo siendo una sociedad en teoría entregada a la holganza iban a conseguir las naciones cristianas anteriores a la Reforma, la tecnología y los medios necesarios para estas empresas?


«Como era de esperar y no sorprenderá a los que siguen esta serie desde hace meses, la posición de la izquierda, de los sindicatos y de los partidarios de la doctrina social de la iglesia católica ha sido la misma, verificación enésima de que la izquierda española no es sino un retrato en negativo del catolicismo patrio. Para los sindicatos y la izquierda, la reforma es mala fundamentalmente por tres razones. Primero, porque les priva de un control en monopolio de la situación; segundo, porque pretende dar a la gente una libertad que no sabrá administrar sin que se la gestionen otros (ellos, claro está) y tercero, porque da cancha a los miserables capitalistas frente a unos trabajadores que con todo el derecho del mundo desean trabajar lo menos posible, contar con las mayores indemnizaciones del globo y seguir practicando conductas tan ejemplares como el absentismo o el vivalavirgencismo».

Margaret Thatcher comentó refiriéndose a los sindicatos: "Tuvimos que luchar contra el enemigo exterior en las Malvinas. Siempre tenemos que ponernos a salvo del enemigo interior, mucho más peligroso, difícil de batir y nocivo para la libertad". Sin entrar en valorar quien de las partes tenía razón, podemos ver que Thatcher tenía de los sindicatos ingleses la misma mala opinión que tiene Vidal sobre los españoles, ¿serían también los sindicatos ingleses un "retrato en negativo del catolicismo patrio" ó es que los sindicatos de izquierdas de todos los países se parecen porque parten de la misma base ideológica?

http://www.youtube.com/watch?v=R3nYGoppmoA&feature=player_embedded#!

La doctrina social de la Iglesia no dice algo semejante a la posición de la izquierda, si Cesar Vidal hubiera leído las encíclicas de los Papas que hablan del trabajo lo sabría.

La DSI critica los aspectos negativos del capitalismo materialista y también critica el socialismo. Promueve el cumplimiento de los derechos y "deberes" de los patronos y los trabajadores. Propone que le sea reconocido a cada una de las partes, el capital y trabajo, lo que les es debido en justicia. Es crítica con los empresarios que abusan de los obreros, no pagándoles el salario debido ó haciéndoles trabajar un número excesivo de horas y es crítica con los que proclaman que todo el beneficio de la empresa corresponde sólo al trabajador. Rechaza el empleo de métodos violentos para reivindicar derechos... En resumen la doctrina social de la Iglesia intenta que en una relación entre patronos y trabajadores dónde puede haber conflictos, haya en la medida de lo posible entendimiento para el beneficio de las partes y del bien común de la sociedad.

Pero no puede haber armonía si una parte se impone sobre la otra, las relaciones laborales provechosas dependen de un equilibrio entre los derechos y deberes de todos. Y la mejor forma de prevenir la alteración generalizada del orden social es que no crear situaciones de abusos con unas legislaciones laborales adecuadas.

¿Qué es, en efecto, trabajar, sino aplicar y ejercitar las energías espirituales y corporales a los bienes de la naturaleza o por medio de ellos? Ahora bien, la ley natural, es decir, la voluntad de Dios promulgada por medio de aquélla, exige que en la aplicación de las cosas naturales a los usos humanos se observe el recto orden, consistente en que cada cosa tenga su dueño.

De donde se deduce que, a no ser que uno realice su trabajo sobre cosa propia, capital y trabajo deberán unirse en una empresa común, pues nada podrán hacer el uno sin el otro. Lo que tuvo presente, sin duda, León XIII cuando escribió: "Ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital" (Rerum novarum, 15).

Por lo cual es absolutamente falso atribuir únicamente al capital o únicamente al trabajo lo que es resultado de la efectividad unida de los dos, y totalmente injusto que uno de ellos, negada la eficacia del otro, trate de arrogarse para sí todo lo que hay en el efecto.


Pío XI, QUADRAGESIMO ANNO.


Y para alcanzar el buen entendimiento entre las partes los Papas proponen recuperar los valores cristianos en la sociedad y en las relaciones laborales.

30. De igual manera hay muchas cosas en el obrero que se han de tutelar con la protección del Estado, y, en primer lugar, los bienes del alma, puesto que la vida mortal, aunque buena y deseable, no es, con todo, el fin último para que hemos sido creados, sino tan sólo el camino y el instrumento para perfeccionar la vida del alma con el conocimiento de la verdad y el amor del bien. El alma es la que lleva impresa la imagen y semejanza de Dios, en la que reside aquel poder mediante el cual se mandó al hombre que dominara sobre las criaturas inferiores y sometiera a su beneficio a las tierras todas y los mares. «Llenad la tierra y sometedla, y dominad a los peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra»(23). En esto son todos los hombres iguales, y nada hay que determine diferencias entre los ricos y los pobres, entre los señores y los operarios, entre los gobernantes y los particulares, «pues uno mismo es el Señor todos»(24). A nadie le está permitido violar impunemente la dignidad humana, de la que Dios mismo dispone con gran reverencia; ni ponerle trabas en la marcha hacia su perfeccionamiento, que lleva a la sempiterna vida de los cielos. Más aún, ni siquiera por voluntad propia puede el hombre ser tratado, en este orden, de una manera inconveniente o someterse a una esclavitud de alma pues no se trata de derechos de que el hombre tenga pleno dominio, sino de deberes para con Dios, y que deben ser guardados puntualmente. De aquí se deduce la necesidad de interrnmpir las obras y trabajos durante los días festivos. Nadie, sin embargo, deberá entenderlo como el disfrute de una más larga holganza... sino justamente del descanso consagrado por la religión. Unido con la religión, el descanso aparta al hombre de los trabajos y de los problemas de la vida diaria, para atraerlo al pensamiento de las cosas celestiales y a rendir a la suprema divinidad el culto justo y debido. Este es, principalmente, el carácter y ésta la causa del descanso de los días festivos, que Dios sancionó ya en el Viejo Testamento con una ley especial: «Acuérdate de santificar el sábado»(25), enseñándolo, además, con el ejemplo de aquel arcano descanso después de haber creado al hombre: «Descansó el séptimo día de toda la obra que había realizado»(26).

León XIII, RERUM NOVARUM.



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