El comentario del ministro y el matrimonio homosexual.
Es conocida la historia del amotinamiento del barco de la armada británica Bounty porque ha sido llevada la cine, quizás la versión más famosa sea la de 1962 protagonizada por Marlon Brando. Aunque se sabe que en la historia real el capitán del barco no fue tan malo como aparece en la película, el caso es que Christian, el segundo oficial después de amotinarse volvió a Tahití "donde quedaron 16 hombres a la espera de que llegase un barco inglés y los llevase a la patria. Christian zarpó de nuevo en el Bounty, llevando consigo ocho marineros, así como seis hombres y once mujeres de Tahití, una de ellas con un bebé. Los hombres nativos ayudarían en las tareas del barco. Debían esconderse para no ser apresados jamás por un barco de la armada británica, ya que los amotinados eran condenados a muerte. De forma casual, Christian y sus hombres avistaron la isla de Pitcairn, en el extremo oeste del archipiélago de Tahití, que por aquel entonces figuraba en las cartas marinas en una posición errónea. Decidieron ocultarse allí, ya que el error cartográfico reduciría la probabilidad de que fuesen localizados. El 23 de enero de 1790 quemaron el Bounty, para que no se viesen sus mástiles desde lejos y para borrar toda huella material del motín. En 1808 apareció el primer barco, que resultó ser americano. Christian y algunos otros habían muerto. Sin embargo, todavía hoy viven en Pitcairn descendientes de los amotinados del Bounty y de sus mujeres tahitianas". (de Wikipedia)
Hemos traído esta historia a propósito del comentario del ministro Fernández Díaz sobre que la uniones homosexuales no garantizan la perpetuación de la especie humana y por ello no pueden ser consideradas en un plano de igualdad con la familia tradicional. Porque si en isla de Pitcairn en aquel entonces aislada hubieran llegado sólo parejas de homosexuales hombres ó mujeres, hoy no habría descendientes de ellos, de hecho hoy no habría ningún ser humano aún con vida, salvo que hubieran llegado después. Es evidente que las uniones homosexuales no cumplen con el fin que la naturaleza ha previsto para la sexualidad; perpetuar la especie.
Hay quien dice a favor de las uniones homosexuales que el planeta está superpoblado y que no van a quedar recursos suficientes, pero sabemos que la crisis demográfica es un problema grave en los países ricos porque no hay suficiente relevo generacional, ya hay demasiados ancianos en relación a la población joven, en España es una de las causas de que se tenga que replantear el sistema de pensiones y la sanidad pública, por ello se está intentando en algunos países fomentar la natalidad, porque se sabe que de seguir con esta inercia el problema será cada vez más grave.
El matrimonio homosexual es parte de una mentalidad que se inició con la llamada liberación sexual de la que forman parte los anticonceptivos, el divorcio, el aborto, la fecundación invitro... que defiende que la sexualidad es una actividad placentera que puede ser un fin en sí misma separándola de una relación estable y de la procreación, y la consecuencia de la influencia de esta mentalidad en la sociedad es la baja natalidad y el envejecimiento de la población. Está clara la relación causa-efecto.
Desde un punto de vista sólo racional, cuando se han promovido este tipo de políticas se ha promovido al mismo tiempo la crisis del sistema de protección social, porque se limita la aportación de nuevos contribuyentes jóvenes. Paradójicamente la izquierda que es la que más protesta por los recortes sociales, han sido casi siempre (con la colaboración de la derecha cuando ha gobernado) los favorecedores de que haya cada vez menos contribuyentes jóvenes. Y así por muchas manifestaciones que haga la izquierda no va a paliar ese déficit, lo que tendría que hacer si de verdad quiere mantener el sistema de protección social a medio y largo plazo, es en su lugar fomentar la natalidad y para ello el medio que se ha demostrado más eficaz a través de la historia es la familia tradicional estable.
En España se puede ver en los gráficos como cuando los socialistas empezaron a promover este tipo de mentalidad empezó a envejecer la población, aún recordamos la primera campaña del reparto de preservativos; "Póntelo, pónselo" en los años 90, el aborto aprobado en 1985... con Aznar se solucionó trayendo a varios millones de inmigrantes que pronto se han contagiado de esa mentalidad y ahora con la crisis ha vuelto a aparecer el problema.
Lo que demuestra que existe un orden natural que afecta también a la sexualidad y al modelo de familia y que cuando se va contra ese orden natural hay consecuencias negativas a medio y largo plazo.
¿Cómo las ideologías que promovieron la liberación sexual, la ideología de género... etc, no adivinaron las consecuencias que su mentalidad iba a tener en la pirámide poblacional, el envejecimiento de la población y la crisis del sistema social...?, los Papas en sus encíclicas sí lo advirtieron.
El llamado matrimonio homosexual, es como dice la doctrina cristiana un grave desorden moral, porque lanza el mensaje de que la sexualidad es algo libre que no debe estar sujeta a orientación alguna, ni siquiera al fin que la misma naturaleza ha previsto para ella. Así mientras se mantenga el llamado matrimonio homosexual por ejemplo va ser difícil poner límites a cosas como el aborto, embarazos no deseados en adolescente... porque la relativización pública de la sexualidad que se da en este tipo de uniones, sirve de mal ejemplo para las demás relaciones y viceversa. Se está diciendo a la mentalidad colectiva, que la familia estable tradicional vale lo mismo que la unión de dos hombres ó dos mujeres ó que las relaciones temporales y esporádicas, por eso se la devalúa, sobre todo ante los más jóvenes que no tienen otras referencias. En esta mentalidad dominante habrá cada vez menos jóvenes con la idea de formar una familia estable, con lo que tendrán menos hijos....
Es conocida la historia del amotinamiento del barco de la armada británica Bounty porque ha sido llevada la cine, quizás la versión más famosa sea la de 1962 protagonizada por Marlon Brando. Aunque se sabe que en la historia real el capitán del barco no fue tan malo como aparece en la película, el caso es que Christian, el segundo oficial después de amotinarse volvió a Tahití "donde quedaron 16 hombres a la espera de que llegase un barco inglés y los llevase a la patria. Christian zarpó de nuevo en el Bounty, llevando consigo ocho marineros, así como seis hombres y once mujeres de Tahití, una de ellas con un bebé. Los hombres nativos ayudarían en las tareas del barco. Debían esconderse para no ser apresados jamás por un barco de la armada británica, ya que los amotinados eran condenados a muerte. De forma casual, Christian y sus hombres avistaron la isla de Pitcairn, en el extremo oeste del archipiélago de Tahití, que por aquel entonces figuraba en las cartas marinas en una posición errónea. Decidieron ocultarse allí, ya que el error cartográfico reduciría la probabilidad de que fuesen localizados. El 23 de enero de 1790 quemaron el Bounty, para que no se viesen sus mástiles desde lejos y para borrar toda huella material del motín. En 1808 apareció el primer barco, que resultó ser americano. Christian y algunos otros habían muerto. Sin embargo, todavía hoy viven en Pitcairn descendientes de los amotinados del Bounty y de sus mujeres tahitianas". (de Wikipedia)
Hemos traído esta historia a propósito del comentario del ministro Fernández Díaz sobre que la uniones homosexuales no garantizan la perpetuación de la especie humana y por ello no pueden ser consideradas en un plano de igualdad con la familia tradicional. Porque si en isla de Pitcairn en aquel entonces aislada hubieran llegado sólo parejas de homosexuales hombres ó mujeres, hoy no habría descendientes de ellos, de hecho hoy no habría ningún ser humano aún con vida, salvo que hubieran llegado después. Es evidente que las uniones homosexuales no cumplen con el fin que la naturaleza ha previsto para la sexualidad; perpetuar la especie.
Hay quien dice a favor de las uniones homosexuales que el planeta está superpoblado y que no van a quedar recursos suficientes, pero sabemos que la crisis demográfica es un problema grave en los países ricos porque no hay suficiente relevo generacional, ya hay demasiados ancianos en relación a la población joven, en España es una de las causas de que se tenga que replantear el sistema de pensiones y la sanidad pública, por ello se está intentando en algunos países fomentar la natalidad, porque se sabe que de seguir con esta inercia el problema será cada vez más grave.
El matrimonio homosexual es parte de una mentalidad que se inició con la llamada liberación sexual de la que forman parte los anticonceptivos, el divorcio, el aborto, la fecundación invitro... que defiende que la sexualidad es una actividad placentera que puede ser un fin en sí misma separándola de una relación estable y de la procreación, y la consecuencia de la influencia de esta mentalidad en la sociedad es la baja natalidad y el envejecimiento de la población. Está clara la relación causa-efecto.
Desde un punto de vista sólo racional, cuando se han promovido este tipo de políticas se ha promovido al mismo tiempo la crisis del sistema de protección social, porque se limita la aportación de nuevos contribuyentes jóvenes. Paradójicamente la izquierda que es la que más protesta por los recortes sociales, han sido casi siempre (con la colaboración de la derecha cuando ha gobernado) los favorecedores de que haya cada vez menos contribuyentes jóvenes. Y así por muchas manifestaciones que haga la izquierda no va a paliar ese déficit, lo que tendría que hacer si de verdad quiere mantener el sistema de protección social a medio y largo plazo, es en su lugar fomentar la natalidad y para ello el medio que se ha demostrado más eficaz a través de la historia es la familia tradicional estable.
En España se puede ver en los gráficos como cuando los socialistas empezaron a promover este tipo de mentalidad empezó a envejecer la población, aún recordamos la primera campaña del reparto de preservativos; "Póntelo, pónselo" en los años 90, el aborto aprobado en 1985... con Aznar se solucionó trayendo a varios millones de inmigrantes que pronto se han contagiado de esa mentalidad y ahora con la crisis ha vuelto a aparecer el problema.
Lo que demuestra que existe un orden natural que afecta también a la sexualidad y al modelo de familia y que cuando se va contra ese orden natural hay consecuencias negativas a medio y largo plazo.
¿Cómo las ideologías que promovieron la liberación sexual, la ideología de género... etc, no adivinaron las consecuencias que su mentalidad iba a tener en la pirámide poblacional, el envejecimiento de la población y la crisis del sistema social...?, los Papas en sus encíclicas sí lo advirtieron.
El llamado matrimonio homosexual, es como dice la doctrina cristiana un grave desorden moral, porque lanza el mensaje de que la sexualidad es algo libre que no debe estar sujeta a orientación alguna, ni siquiera al fin que la misma naturaleza ha previsto para ella. Así mientras se mantenga el llamado matrimonio homosexual por ejemplo va ser difícil poner límites a cosas como el aborto, embarazos no deseados en adolescente... porque la relativización pública de la sexualidad que se da en este tipo de uniones, sirve de mal ejemplo para las demás relaciones y viceversa. Se está diciendo a la mentalidad colectiva, que la familia estable tradicional vale lo mismo que la unión de dos hombres ó dos mujeres ó que las relaciones temporales y esporádicas, por eso se la devalúa, sobre todo ante los más jóvenes que no tienen otras referencias. En esta mentalidad dominante habrá cada vez menos jóvenes con la idea de formar una familia estable, con lo que tendrán menos hijos....
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