La dura realidad del aborto

Que suele permanecer oculta.

Hace poco más de un año, una asociasión de bioética promovió que un autobús circulara por Madrid con grandes fotografías de fetos abortados y una política favorable al aborto manifestó en su cuenta de Facebook; “Denunciamos la campaña de terrorismo publicitario que hiere gravemente la sensibilidad de todas las mujeres que, alguna vez, han interrumpido su embarazo”.

Pero ¿porqué iba a herir la sensibilidad de las mujeres que alguna vez hayan abortado, no han defendido los favorables al aborto que un feto no es más que un grupo de células?.

¿Heriría la sensiblidad por ejemplo un grupo de células hepáticas?;







Pero es que la defensa del aborto está basada en la mentira de que el ser abortado no es un ser humano, por eso cuando se pone de manifiesto lo que es realmente se choca con la realidad, y naturalmente verlo hiere la sensibilidad.





Feto de 9 semanas.


La defensa del aborto para promover un supuesto derecho a decidir sobre la maternidad de la mujer pasa por encima de la realidad de qué supone ésta práctica, y para justificarlo se intenta quitar importancia al feto. Los defensores del aborto si tan seguros están de que lo que defienden es justo no deberían intentar ocultar esa realidad sino que podrían asumir con naturalidad las consecuencias para el feto.

En los debates con los favorables al aborto cuando nos digan por ejemplo;

- Nadie tiene derecho a imponer la maternidad a una mujer.

Se puede contestar enseñándole la imagen de un feto abortado;

- Pero entonces asuman que esta es la consecuencia de ese aborto;





Feto de 9 semanas.


Y si nos contesta que estamos intentado coaccionar a la mujer para que no aborte, le podremos contestar;

- Sí lo intentamos, pero basándonos en la realidad del aborto y que los favorables a esta práctica suelen intentar que permanezca oculta, porque quieren que el supuesto derecho al aborto prevalezca sobre esa realidad.