Sentirse superiores

Recordar la doctrina católica a quien se cree que en algo está equivocado, ¿puede ser de sentirse superiores?. Puede que haya quien se sienta superior al hacerlo pero no se podría generalizar, porque necesariamente habrá ocasiones en que haya que recordar la doctrina sobre algunos temas, si no, no se podría juzgar nada de lo que ocurre en el mundo. Por ejemplo, no se podría criticar a quienes no tratan bien a los refugiados e incluso a las mafias que aprovechandose de su situación sacan un beneficio económico. Porque ¿desde qué les criticamos?, se supone que de desde la verdad del respeto al ser humano y la obligación cristiana de ayudar al necesitado.

Quizás sería más sentirse superior si lo hiciésemos sólo desde nuestra propia forma de pensar, pero no si se hace desde algo que se considera objetivamente verdad. Defender la dignidad humana se hace desde esa verdad, incluso aunque quien lo defienda sea una persona con fallos. Si la persona con fallos no defendiese la dignidad humana ó se mostrara indiferente ante ese tema, fallaría aún más. Por otra parte no se puede esperar que las personas sean siempre perfectas, como humanos se tienen fallos y si para poder defender la doctrina se tuviera que esperar a ser perfecto no se podría defender casi nunca. Eso no quita de aún en medio de los fallos cotidianos exista la obligación de querer ser perfectos y que del mismo modo que lo que se defiende tenga valor por ser verdad, también haya que ser críticos con los fallos. A cada cual lo suyo.

Lo que ocurre es que en otros temas no se ve tan claro que al aplicar la doctrina cristiana se tiene un beneficio para las personas y la sociedad en general, y sin embargo si se profundiza en ello, lo tiene, incluso más. Diríamos que por eso es doctrina y quizás falte a veces fiarse de lo que se ha ido formando durante siglos, porque el hombre individualmente puede fallar, pero la acumulación de sabiduría formada durante siglos por personas sabias, y a veces santas, para tratar temas concretos puede fallar menos.

Si nos fijamos en esencia los problemas y motivaciones del ser humano no cambian a través de la historia aunque cambian las circunstancias, por ejemplo si ahora está en discusión la aproximación de los divorciados a las celebración litúrgica, ya se planteó algo parecido en el famoso debate entre Enrique VIII y Tomás Moro. Hay una película interesante y bien hecha que recrea este choque y a lo que llevó después; "Un hombre para la eternidad". ¿Tomás Moro se sentía superior al criticar a Enrique?, la película cuenta que al principio Tomás intentó quedarse al margen, pero ante la reclamación de Enrique de que reconociera su situación, tuvo que negarse ha hacerlo y sabemos como acabó.

Decía un físico experto en la Sábana Santa en una entrevista que no podía haber contradicción entre la realidad natural y la fe, porque ambas vienen del mismo sitio, Dios. Y en uno de los temas donde se ve mejor es en las consecuencias de haber aprobado el divorcio. Porque si existe la posibilidad de que las familias no sean estables y se puedan romper cuando se quiera, el tener hijos es un lastre mayor, llevar hijos de un matrimonio a otro, los problemas económicos de la separación, etc. También se abre la mentalidad de las uniones de hecho porque ya el matrimonio no es un absoluto, con lo que el tener hijos es también un lastre, sobre todo para la mujer que tenga un embarazo. La solución que se ofrece es la anticoncepción primero, pero como ésta puede fallar y quien la usa lo hace con la idea premeditada de evitar un embarazo, cuando falla se ofrece el aborto. Se hace defendiendo el derecho de la mujer a no quedar atrapada por un embarazo no deseado, paradójicamente esta mentalidad ha liberado al hombre de tener que asumir su responsabilidad... A esto se llega porque antes se ha sembrado una mentalidad, que las uniones entre hombre y mujer pueden no ser un compromiso para toda la vida.

Lo que se deduce es que el tema del matrimonio es muy delicado porque está relacionado con la formación de la familia y con dar vida. La mentalidad tradicional sobre el matrimonio se basa en la realidad natural de que lo mejor para los hijos es una unión estable, responsable y abierta a la vida. Pensamos que es importante que esta mentalidad se mantenga clara, y colaborar a la idea de que la unión de divorciados puede ser igual de válida que el matrimonio tradicional puede traer más mal que bien a la sociedad.