Decir la verdad suavemente
Este ha sido el tema de la homilía en la misa de una conocida parroquia de Madrid, a propósito de la lectura de hoy sobre la humildad. Y nos ha hecho pensar que quizás nos estamos volviendo un poco protestantes, porque parece que mientras se relativizan las verdades y los principios (a veces parece que los únicos malos posibles son los que los defienden y les llaman rigoristas por ello), se quiere dirigir a las personas en los usos de lo cotidiano, en lo pequeño. Porque lo de hoy ha sido como un manual casi al detalle de como un católico debe hablar de la verdad a otros; con humildad, no intentando imponer nuestra opinión, no queriendo tener la última palabra, y más cosas... en resumen defender la verdad muy suavemente, sin molestar, se venía a decir que si por ello parecemos un poco bobos no importa. Algunos creemos que lo importante es defender la verdad aunque siempre sea preferible hacerlo de forma caritativa, y como tenemos fallos humanos a veces no lo hagamos todo lo caritati...