Irse de rositas







Religión Digital han publicado un comentario en nuestra opinión sorprendente; "El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, se va de rositas. La fiscalía de la ciudad andaluza ha decidido archivar la denuncia que presentó contra él el Observatorio contra la LGBTfobia". Nos preguntamos si esperaban que a don Francisco Javier le sancionasen por decir lo que más ó menos dice el Catecismo... Se ve que en este caso no se aplica palabras como misericordia que ahora se usan, aunque al menos se podría haber usado palabras civiles como tolerancia, respeto a la opinión discrepante, etc. Y se parece un poco al personaje del sacerdote de la película de Scorsese, Silencio, que se dedica a denunciar a otros cristianos.

Como dijimos en una entrada anterior a veces lo que parece más libertad es en el fondo más restrictivo aunque lo acompañen buenos gestos, y el caso de los Obama-Clinton contra las monjas que se negaban a incluir anticonceptivos en sus dispensarios es un ejemplo. Si el arzobispo de Granada no puede decir lo que ha dicho sobre la sexualidad su religión durante 2.000 años, ¿dónde quedaría la libertad religiosa real?. En el fondo se trata de; hago bandera de la defensa de la libertad mientras no digas algo que me contraríe (y no nos referimos a descalificaciones, sino a discrepar de ideas como la ideología de género). Algunos nos consideran en los extremos y no defendemos que todo sea válido sólo porque ya este socialmente asumido pero al menos no hacemos de la libertad una bandera.

Aunque quizás don Francisco Javier no se parado en reflexiones como estas porque debe tener más paciencia que nosotros.

Porque además va a ser evolutivo, hace pocos años era impensable algo como el llamado matrimonio homosexual y hoy si se cuestiona le pueden acusar a uno de delito de odio (para estos católicos más progresistas, por ejemplo no se sabe que en el Vaticano II se hablase de este tipo de uniones).

El progresismo se caracteriza por no parar, si lo hiciera dejaría de tener sentido ese concepto y se convertiría a partir de entonces en conservador. Como curiosidad, cuando hace pocos años el ministro Gallardón planteó volver a una ley del aborto de supuestos hubo algún político que le acusó de franquista (!), aunque en realidad estaba planteando volver a la ley del aborto aprobada por un gobierno socialista en 1985 con la oposición del partido al que pertenecía el señor Gallardón, y esa ley era en ese momento la cima del progresismo. Lo que muestra que esta mentalidad es un proceso de avance continuo y lo que ayer era progresista hoy es considerado ultraconsevador.

Pero seguirá ocurriendo, así los católicos que hoy se consideran más acordes con la mentalidad actual y tratan mal a los que siguen los principios, no saben qué van a defender dentro de pocos años porque el progresismo no va a parar de inventar cosas nuevas. Hoy están en la defensa de los derechos LGTBI, y dentro de unos años puede ser de que desaparezca totalmente el concepto de familia y sólo se hable de sociedades de interés compartido, de la poligamia, la plurigamia, etc, ¿quién sabe?.






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