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Entrevista a Rafael López-Diéguez,
secretario general de AES:

En España faltan cristianos en política




- Su partido, Alternativa Española, se presenta ante los ciudadanos de este país como la “alternativa social cristiana”, ¿qué implica tal declaración de intenciones a la hora de hacer política?

- En nuestro caso esa es la razón para llegar a la política. Un cristiano, y en mi caso un católico, está siempre obligado a comprometerse en la vida pública de su país, pero más cuando se atacan principios fundamentales que son innegociables porque están inscritos en la propia naturaleza del hombre y en la moral objetiva universal. Estos principios, la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la defensa del embrión, la familia acorde al orden natural, es decir, la compuesta por hombre y mujer en el seno del matrimonio y abierta a dar vida, el derecho exclusivo de los padres a educar a nuestros hijos y el bien común, no admiten componendas. En estas materias un cristiano no puede ser tibio ni ambiguo.

De otra parte el Magisterio de la Iglesia Católica y de otras confesiones cristianas, han dejado claro y meridiano que un cristiano tampoco puede ser ajeno a la defensa de un valor moral que estamos obligados a defender y proteger, cual es la unidad de España y la igualdad de todos los españoles sin diferencias por su lugar de residencia.

Ahora bien, dicho esto, los principios a los que he aludido no son patrimonio de una confesión determinada ni de una ideología (derechas o izquierdas). Nadie es su propietario y nosotros no nos consideramos sus únicos valedores. No representamos a la Iglesia, sino solo a nosotros mismos como cristianos de a pie. Alternativa Española (AES) pese al empeño de muchos, quiere ser y se propone como un partido transversal.

Falta por explicar la parte al llamamiento social de nuestro partido, nosotros creemos que la política solo se puede construir sobre el hombre y para el hombre, desde su dignidad y libertad, en su doble vertiente material y moral, por ello todas las políticas sociales (económicas, laborales, administrativas de medio ambiente, muy importante) han de dirigirse a enriquecer al hombre, no solo en la parte material, que también, sino en la parte que le hace más libre y feliz, en su vida interior, en su parte moral, porque solo a partir de la implantación de este doble enriquecimiento se puede alcanzar el bien común. Los españoles no podemos o no deberíamos ser felices si vemos una España de dos o 17 velocidades distintas, con derechos y obligaciones diferentes.


- AES ha estado muy presente en los procesos judiciales contra el abortista “doctor” Morín, la clínica Isadora y el “barco de la muerte” que atracó en el puerto de Valencia. ¿Indica tal cosa que AES piensa hacer de la lucha contra el aborto uno de los elementos esenciales de su acción política? Si alguna vez tuviera posibilidad de gobernar, ¿penalizarían el aborto en todos sus supuestos?

- Definitivamente sí, nuestra declaración programática y nuestro compromiso desde el inicio fue claro, no habrá un ataque a la vida, a la familia, a nuestras raíces cristianas y a la unidad de España que quede sin respuesta. AES se ha comprometido - casi en solitario - en la defensa de la vida y hemos iniciado las únicas acciones, desde que se modificó la ley en el 85, que han surtido efectos. ¿Por qué? Es fácil, en nuestro caso no había nada que negociar, no caben componendas, no existe matemática electoral que nos obligue a decir que la actual ley del aborto es equilibrada y goza de consenso (Sr. Rajoy), no hay dos velocidades como pretenden algunas organizaciones o asociaciones “provida”. En nuestro caso el objetivo es claro: el aborto es un crimen y como tal debe ser penalizado en cualquier supuesto, pues se trata de la muerte de un ser humano, más guapo o mas feo, con deformación o sin ella, fruto de una acción violenta, a la que él es ajeno y por la que no tiene que pagar con la condena de pena de muerte; existe desde que se concibe, su componente genético es el mismo desde ese instante hasta su muerte y lo que es más importante para los cristianos, hay un plan especial diseñado para él, porque él es un ser único en toda la creación. ¿Quién tiene el derecho a privarle de la vida?, ¿la madre? la respuesta es clara: ¡no! ésta es una mera usufructuaria de ese ser, debe disfrutar de él, conservarlo y mantenerlo, pero no puede hacer acto de disposición alguno en tanto que solo UNO es el nudo propietario. Me ha salido la vena jurídica.

Por último, escandaliza ver cómo se pretende confundir a la buena gente, cuando se asegura que el PP está a favor de la vida y luego, como en Madrid, mantienen conciertos con las clínicas abortistas, pagando el precio de los abortos; esto lo hemos denunciado en muchas ocasiones y nadie quiere escucharlo (las facturas existen, las pruebas están ahí).


- Como partido social cristiano, ¿cuál es su postura respecto a la institución familiar? ¿Abogan por la derogación del matrimonio entre homosexuales y/o de la ley del “divorcio express”?

- En este tema hemos de ser claros y no podemos dejar lugar a dudas. Ya hemos dicho que nosotros solo reconocemos la familia acorde al orden natural, es decir, la compuesta por hombre y mujer en el seno del matrimonio y con vocación de transmitir vida. Por ello no caben ambigüedades reconociendo fórmulas como las uniones homosexuales organizadas a partir de una regulación en derecho positivo, ya sea por la vía de las parejas de hecho (PP) o por el matrimonio civil ( PSOE, UpyD, Ciudadanos…). El tipo de lo injusto moral, el ilícito moral, está en las uniones homosexuales, como entidad asimilada a la familia, y no en cómo se regulen en derecho, ya sea por medio de las parejas de hecho o del matrimonio civil, aunque sin lugar a dudas en este último caso existe un circustancia agravante más. Es un escándalo intentar confundir a los españoles diciéndoles que se ha recurrido al Tribunal Constitucional la ley del matrimonio homosexual, cuando se mantiene en el programa político las uniones homosexuales.

No escapo a la pregunta del divorcio express, por muy políticamente incorrecto que sea. Como católicos somos contrarios al divorcio, toda vez que para nosotros el matrimonio es indisoluble, está acrisolado sobre una unión que nos transciende y sobre la cual no se puede gobernar. Desde el punto de vista social un divorcio es una desestructuración de una familia, y por ende de una sociedad, es un sufrimiento para los cónyuges y más para los hijos. Y además para evitar la posibilidad de la reflexión y el nuevo entendimiento en aras de proteger a los más indefensos, los hijos, el gobierno socialista, con la abstención del PP, recorta los plazos y lo simplifica para evitar “el sufrimiento prolongado” del periodo pre divorcio y de esa forma alargar el verdadero periodo de sufrimiento: el del post divorcio. Hoy se está llegando a igualar el número de matrimonios por años que el de divorcios, esto pasará una factura muy cara a la sociedad española.

Con nuestro planteamiento no queremos criminalizar o señalar a los divorciados, muchos de ellos forzados a esa situación por amenazas económicas o de custodia de los hijos, lo que en definitiva les hace ser víctimas de una ley que les deja indefensos.


(Luis F. Pérez/ReL) Rafaél López-Diéguez, cabeza de lista por Alternativa Española para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, entrevista concedida a Religión en Libertad. Leer completa en: http://www.religionenlibertad.com/noticias/en-espana-sobran-politicos-cristianos-faltan-cristianos-politica

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