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Contestando a Alejandro Campoy

El mal llamado voto católico
"No me parece que el catolicismo que profeso deba ser un motivo de ridículo político tan clamoroso. No lo admito y me rebelo frente a este error que al menos consideraré bienintencionado" (*)





- "Tras la resaca electoral, es buen momento para considerar el sentido y la razón de ser de esas opciones políticas que reclaman para sí casi en exclusividad el llamado «voto católico». Y para exponer estas reflexiones, nada mejor que dejar bien sentadas las premisas sobre las que se fundan, a saber:

1.- El «voto católico» es una entelequia.


2.- Los partidos que lo reclaman son formaciones inexistentes en el actual mapa político, a los que, desde luego, no votan los millones de católicos españoles".



Esas opciones políticas NO reclaman para sí "casi en exclusividad el voto católico", piden a los católicos que les voten, porque piensan que sus propuestas se sitúan próximas a los principios que los católicos quieren que estén en la sociedad (sobre aborto, familia, matrimonio, educación...etc). Si fueran partidos antitaurinos se dirigirían a los contrarios a las corridas de toros.

El voto católico no es una entelequia, no existe uniformidad en la dirección del voto de los católicos y la Iglesia no lo reclama, pero los católicos que votan se supone que se orientan mayoritariamente por unos principios generales.

Es difícil sobresalir en el mapa político cuando se tienen pocos recursos, estos partidos tienen en sus manos substituirlo con imaginación y trabajo. La cuestión importante es; lo que defienden es justo ó injusto, necesario ó no. No les votan los millones de católicos españoles pero su intención es conseguir que muchos les voten, si así lo desean, si tuvieran más medios conseguirían más votos. Como sabemos no siempre se corresponde el número de votos con lo acertado ó desacertado de lo propuesto.

Tampoco reclaman que les voten todos los católicos, se dirigen a ellos como "votantes" objetivo, sabemos que los católicos como colectivo votan a distintas opciones; PP, PSOE, CIU, PNV.... y tampoco se dirigen sólo a los católicos, también solicitan el voto de personas de otras confesiones y en general de los que están a favor de estos principios, que por otra parte son universales.

El que existan opciones tan distintas entre sí como AES, PFyV, SAIn...es una muestra de que se pueden defender los principios cristianos desde la pluralidad


- "La extrema ridiculez en cuanto el número de votos recibidos por estas formaciones, que sumadas entre todas apenas alcanzan la tercera parte de los votos obtenidos por los proetarras de Iniciativa Internacionalista, ya es una primera evidencia de lo disparatado de tales planteamientos. Incluímos a Libertas en el cómputo, simplemente por evitar un ridículo aún mayor a nuestros grupos mesiánicos particulares:

1.- Libertas: 22.805, 2.- Alternativa Española: 19.678, 3.- Familia y Vida: 9.802, 4.- Solidaridad y Autogestión Internacionalista: 5.987: TOTAL: 58.272 votos"


Como alguien hizo un comentario en su blog demuestra poca caridad hacia grupos y personas que aunque a usted le parezcan ridículos (por resultados modestos) están trabajando con pocos medios, defendiendo unos principios que se supone son importantes para los católicos. Su esfuerzo debería ser más valorado por realizarlo en una sociedad tan descristianizada como la nuestra, sobra trabajo y falta quien eche una mano.

¿Sólo se pueden defender este tipo de cosas desde el "glamour" de los buenos resultados, sino es un planteamiento disparatado? La comparación con el éxito para calificar a algo tiene poco que ver con el cristianismo, hay muchos ejemplos de iniciativas empezadas con modestia en nuestra religión, salvando las distancias la Madre Teresa empezó ella "sola" a trabajar en las calles Calcuta.

Precisamente la obsesión por los "buenos resultados" ha hecho que partidos que antes tenían una inspiración en el humanismo cristiano se hayan ido desprendiendo de ello y es cierto que han conseguido buenos resultados con esta estrategia pero ¿de qué nos sirven a los creyentes si ya no nos representan?. ¿No contribuimos también a que la sociedad cambie a ser menos cristiana con esta política de buscar principalmente los buenos resultados y querer adaptarnos para conseguirlos? al final puede ser una espiral, ésta es otra razón para la existencia de éstos grupos; volver a fijar en la vida pública determinados principios que se han perdido "por el camino".

Cerca de 60.000 personas han votado unos principios innegociables sin confusión, que por ejemplo están totalmente contra el aborto y no hacen como los que dicen que "defienden la vida" pero quieren que se cumpla la actual ley que asesina a miles de niños, no está tan mal para ser grupos "mesiánicos".

La primera vez que los socialistas y populares se presentaron a unas elecciones no sabían cuantos votos iban a conseguir. Lógicamente todos los que se presentan esperan conseguir buenos resultados, según su razonamiento sólo deberían presentarse los que tienen garantizados estos, pero ¿cómo saberlo?.


- "«ser católico» jamás puede convertirse en una «marca de parte», en una bandera bajo la que cobijar la confrontación política a través de un «partido» (parte = partido) que sólo es un instrumento para defender unos intereses de «parte» frente a los intereses de «los otros». «Ser católico» es absolutamente otra cosa, opuesta incluso a esa parcialización de un fragmento de la sociedad para defenderse de los otros fragmentos.

Ser católico es, por el contrario, una experiencia de vida que tiende a ofrecerse y a comunicarse, a desplegarse en medio de la sociedad en la que se vive, sin crear muros de separación frente a otros grupos, sino derribando esos muros allá donde se encuentren. Ser católico es, por lo tanto, lo contrario de «ser un partido»; implica una presencia contínua y total en todos los ámbitos en los que se depliega la vida de una sociedad, sean profesionales, vecinales, marginales o del tipo que sean".


Como ya se ha comentado más arriba, No se trata de reclamar en exclusividad la representación de los católicos, pero los católicos a título particular SÍ pueden organizarse para defender en la vida pública sus principios porque estos principios existen, son las cuestiones elementales que llamamos "innegociables" y que además NO defienden en su totalidad los partidos mayoritarios. ¿Un grupo de personas que tiene estos principios, libre y democráticamente, no pueden asociarse para defender sus ideas en política como puede hacer cualquiera? Negarlo sería negar la libertad de expresión y la participación democrática. Cuando usted les niega ese derecho está "levantando un muro".

Esta aptitud no se contradice con lo de "ser presencia en todos los ámbitos de la sociedad", estos grupos no reclaman la exclusividad, otros católicos agrupados ó individualmente actuarán según crean conveniente. Como ocurre ahora, como hace usted.

Los cristianos tenemos que hacer "un aparte" cuando defendemos nuestros principios en la sociedad, lo vemos todos los días en la confrontación con el progresismo principalmente, y eso no significa dejar de amar a todos nuestros hermanos y no promover el bien en todos los demás aspectos.


- "Alternativa Española son las familias que desde hace cuarenta años vienen encontrándose regularmente en la Plaza de Oriente y el Valle de los Caídos, mientras que Familia y Vida no es más que una quimera bienintencionada articulada en torno a dos principios y ajena por completo a lo que es un proyecto global de sociedad y de país".

En Alternativa Española hay mucha gente joven ó sea con menos de cuarenta años y le votan gente que va a la Plaza de Oriente y gente que no ha ido nunca, la mayoría de las personas que van a estos actos votan a otro tipo de grupos. Por otro lado muchos políticos relevantes fundadores de partidos hoy mayoritarios provenían de los gobiernos franquistas y aprovecharon su fama para "despegar".

Habla muy despectivamente de "Familia y Vida", ¿como sabe que es una quimera ajena a un proyecto global? le recomiendo que lea los programas de estos partidos, verá que no son ajenos a proyectos globales.


- "Queda, finalmente, la curiosa pregunta que muchos buenos ciudadanos se formulan cada vez que llegan unas elecciones: ¿y qué voy a votar, si ningún partido defiende las cosas en las que yo creo? Hay que bajar de las nubes y del limbo de una vez por todas. La realidad es que ningún partido defiende las cosas en las que pueda creer ninguno de los 36 millones de ciudadanos que formamos el censo electoral, pues cada uno a título personal siempre tiene motivos para verse defraudado por cualquier formación política, por más afín que sea a su cosmovisión particular, punto que se confirma hablando con cualquier persona, sea comunista, socialista, liberal, anarcosindicalista, nacionalista o cualquier otra etiqueta que traigamos al caso".

Es cierto que la realidad es compleja y que ningún partido es perfecto....pero algunos como católicos creemos que NO se puede votar a una serie de partidos que por ejemplo mantengan el aborto en su programa y sin embargo sí se puede votar a unos partidos que con pluralidad defiendan lo que llamamos "principios innegociables". ¿Porqué esta aparente radicalidad? porque como su nombre indica son principios, cuestiones a las que no podemos renunciar ni negociar con ellas. En nuestra opinión no se debería votar a un partido que justifique el asesinato de inocentes, ya sea por una ley que le otorga el rango de derecho como por una que lo llama despenalización, porque es atroz que la sociedad "legitime" un crimen. Este es el límite, dentro de estos principios la pluralidad que se quiera.

El que existan muchas formas de pensar distintas y con las que vamos a convivir no significa que todas sean igualmente válidas.


- "Por lo tanto, el ciudadano más crítico, consciente y participativo tiene que trabajar por una regeneración constante de la vida pública, no a través de partidos políticos, sino precisamente frente a los partidos políticos, herramientas teóricas de participación en la vida pública pero en la práctica auténticos grupos de interés que secuestran y pervierten la verdadera representatividad.

Un católico en cuanto que tal no puede engañarse pensando que la solución pasa por la sustitución de unos partidos por otros, pues esto no cambia en nada el fondo del problema, sino que, precisamente como católico, debe situarse en la vanguardia de los movimientos sociales que hacen frente a los partidos políticos para reclamar contínuamente el verdadero respeto a los derechos y libertades fundamentales. Y hoy en España estos movimientos sociales florecen por todas partes y en todos los ámbitos de la vida pública".


Es su opinión, lo que propone es que un católico debería aparcar su condición de tal cuando vota ó actúa en política y hacerlo a ciegas en este tema, ó no votar y abstenerse de participar en política y dedicarse sólo a intentar convencer a los demás de las cosas buenas. Pero es compatible trabajar por la regeneración de la vida pública y poder votar a un partido que represente unos principios que como católicos nos interesan, no hay porque renunciar a nada. Sino ocurre como ahora que intentamos convencer a los partidos mayoritarios que defiendan nuestros principios y hacen como usted dice; lo que les conviene según su interés.

La política no es algo malo en sí mismo, es necesaria para gobernar la sociedad y si renunciamos a ella nos ponemos en manos de unos políticos que no siempre van a dictar leyes que están de acuerdo con lo que pensamos. No es un engaño querer que nos gobierne un partido que sea desde nuestro punto de vista como católicos mejor que otro. Además existe la obligación (usando todos los medios a nuestro alcance) de intentar limitar el mayor mal posible y de promover el mayor bien posible; el tema del aborto ¿es lícito votar a un partido que proponga asesinar? y por otra parte ¿no es una obligación apoyar a uno que esté en contra de este crimen y pueda salvar vidas?

Es un hecho que hay determinadas cuestiones del pensamiento de los cristianos que se proyectan en la sociedad y que se solapan con la política; el aborto, la consideración de la familia, eutanasia, matrimonio, educación...y es también un hecho que los partidos mayoritarios defienden posturas distintas e incluso contrarias a la visión católica sobre estos temas. ¿Qué hacer? un camino es intentar influir de forma indirecta en la sociedad con distintos tipos de movimientos, bien, hacen una gran labor. Otra ¿porque no? ofrecer a los católicos y demás personas que están de acuerdo con unos principios la opción de votar a quien se propone defenderlos en su totalidad en el campo de la política, es abrir aún más el abanico de posibilidades, y a nadie le obliga. Qué éstos grupos en éste momento consiguan resultados cortos depende de los electores, lo importante es que proponen unas ideas que sería bueno que estuviesen en la sociedad y que repetimos hoy en día NO defienden los grandes partidos, aparte de las buenas palabras de algunos candidatos. Sólo por la posibilidad de que su presencia sirva para presionar a los políticos de que cambien, aunque sea algo, y se inclinen más hacía la defensa de estos principios, ya justifican de sobra su existencia.


Para terminar comentarle que es sorprendente su falta de pluralidad al atacar de esta forma a unos grupos porque no comparten su idea de como debería ser la estrategia de actuar, aunque no comparta sus ideas, ellos y los que les votan creen en ellas y debería ser suficiente para que en una sociedad democrática mereciese respeto su presencia.



(*) http://www.religionenlibertad.com/opiniones/el-mal-llamado-voto-catolico

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