Liberalismo económico


Como sociedad acabamos de darnos un batacazo económico, y hay quien plantea que no se puede proponer que los estados sean más vigilantes de la economía porque atentaría contra la libertad económica, la libre iniciativa, la libre competencia... sin embargo es un hecho que con esta mentalidad hemos llegado a dónde estamos ahora y parece que lo sensato es buscar las causas y ponerle soluciones.

¿Porqué está intervenida nuestra economía? porque la autoregulación del mercado ha fallado, y ¿no es mucho mejor "prevenir" con intervenciones puntuales en los mercados que tener que curar después?.

Nadie dice que la alternativa sea una política intervecionista al uso, interviniendo en la economía constantemente limitando a la iniciativa privada su creatividad, pero parece razonable que por el bien común, el estado (ó quién tenga la autoridad) intervenga para corregir y limitar que crezcan desviaciones graves, por ejemplo las burbujas inmobiliarias. Y está demostrado que en las economías de tipo capitalista surgen burbujas regularmente, ¿algo estará mal planteado de principio para que sea así?.

En nuestra opinión (otros tendrán sus opiniones) porque este modelo económico parte de la ideología liberal, y según esta forma de pensar el hombre no necesita orientación y por sí sólo es capaz de encontrar lo que es verdadero, así se tiende a pensar que la economía como la hacen los hombres es capaz de regularse totalmente por sí sola y que esto beneficia grandemente el desarrollo, y es cierto que beneficia al desarrollo, pero también lo es que tiene fallos que pueden afectar grávemente al bien común. Según nuestra opinión la economía necesita como la sociedad y las personas individualmente una orientación moral, porque está hecha por humanos, y como humanos éstos tienen fallos. Estos días se está denunciando que hay especuladores a los que les interesa que nuestra economía siga yendo mal y maniobran para ello, ¿y no es esto una muestra de que la economía no puede ser un territorio sin ley, que los hombres se pueden dejar llevar por cosas como la codicia a costa de otras personas y que esto es necesario regularlo?.

Y no sólo fallos humanos como la codicia, también fallos en las gestiones. Los bancos españoles tienen unos 180.000 millones de euros en activos tóxicos por haber acometido operaciones de alto riesgo en plena burbuja inmobiliaria (pensando bien, eso si no hay también parte de codicia), ¿cómo no vieron los expertos que se trataba de una burbuja, ó quizás no quisieron verlo porque mientras duró este tipo de operaciones parecían muy rentables?. El caso es que el rescate de nuestros bancos con dinero europeo viene a ser la mitad de la cuantía de los activos tóxicos, y estamos obligados a hacer recortes cada vez más graves para quedar bien con Europa y que esta nos preste el dinero para el rescate... algo se ha hecho mal y parece sensato plantearse en el futuro ponerle remedio y no iría contra la libertad económica hacer correcciones puntuales, ¿somos ahora libres con una economía intervenida a posteriori?.

Creemos que una de las causas de la crisis es el cortoplacismo de los políticos por como está planteado el sistema, que obliga a dar cuentas cada cuatro años, con lo cual una burbuja se deja crecer porque mientras dura al político que gobierna le permite dar buenas cifras económicas ante las próximas elecciones y pinchar la burbuja le perjudicaría, le obligaría a dar datos peores y disponer de menos ingresos para gastar, frente a sus competidores inmediatos pendientes de encontrar fallos para criticar su gestión. Y parece que esta mentalidad del éxito inmediato a costa de inflar un balance de buenos resultado está también en los bancos y las empresas y entre unas cosas y otras nos hemos pegado el batacazo.

La Encíclica Centesimus annus de Juan Pablo II nos daba una pista de como se debe compaginar la libertad económica con la vigilancia de ésta.


42. Volviendo ahora a la pregunta inicial, ¿se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?

La respuesta obviamente es compleja. Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de «economía de empresa», «economía de mercado», o simplemente de «economía libre». Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa.

La solución marxista ha fracasado, pero permanecen en el mundo fenómenos de marginación y explotación, especialmente en el Tercer Mundo, así como fenómenos de alienación humana, especialmente en los países más avanzados; contra tales fenómenos se alza con firmeza la voz de la Iglesia. Ingentes muchedumbres viven aún en condiciones de gran miseria material y moral. El fracaso del sistema comunista en tantos países elimina ciertamente un obstáculo a la hora de afrontar de manera adecuada y realista estos problemas; pero eso no basta para resolverlos. Es más, existe el riesgo de que se difunda una ideología radical de tipo capitalista, que rechaza incluso el tomarlos en consideración, porque a priori considera condenado al fracaso todo intento de afrontarlos y, de forma fideísta, confía su solución al libre desarrollo de las fuerzas de mercado.






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