Una campaña de las Juventudes Socialistas que en realidad es una mentira







El dinero con el que cuentan las JJSS para hacer esas otras cosas que proponen no es real. Porque el dinero que recibe la Iglesia Católica del estado va mayoritariamente a la enseñanza concertada, hospitales, asilos, dispensarios, mantenimiento de edificios con interés cultural.... y sólo una pequeña parte a auto-mantenerse, sueldo de los curas, etc.

Si el estado dejase de aportar ese dinero esas labores la tendría que asumir el estado por otro sitio, ó no hacerlas y dejar a esos españoles sin educación, sin asistencia sanitaria...etc.

Por ejemplo con los 6.500 millones el estado podría cumplir el objetivo de déficit, pero dejaría sin enseñanza a varios cientos de miles de estudiantes y a miles de ancianos sin plaza en un asilo asistido por monjas...

En nuestra opinión si las JJSS quieren que haya dinero público suficiente para asistir a los más necesitados deberían por ejemplo promover campañas a favor de la natalidad en lugar de promover el uso de los anticonceptivos y el aborto. Porque por muchas campañas y activismo que luego se haga, si no hay más nacimientos no va a haber suficientes contribuyentes para mantener a la población dependiente. Sin embargo la Iglesia Católica sí promueve la natalidad, entre otras cosas favoreciendo un modelo de familia estable "abierta a la vida".

Hoy en una tertulia un representante de las JJSS ha venido a decir que en realidad se trata de que las administraciones se hagan cargo de la función asistencial que viene llevando a cabo la Iglesia, administrando ese dinero, porque así se puede fiscalizar la gestión cada cuatro con unas elecciones. Y ha puesto el ejemplo de un colegio público que no tenía dinero para la calefacción, o se han recortado becas mientras se le daba dinero a la Iglesia, pero no tiene en cuenta este representante que si hubiera cogido ese dinero para la calefacción se lo hubieran quitado a por ejemplo un asilo de ancianos, porque cambiar la gestión no va ha hacer que el dinero se multiplique.

La gestión que ha hecho la Iglesia de esos recursos hasta ahora se ha demostrado eficiente, mientras la gestión pública es una aventura, ¿se podría mejorar si la gestión de la Iglesia se nutre muchas veces de voluntarios que no cobran, ó cobran menos que los empleados públicos?.

Como le han comentado en la tertulia, que las administraciones se hicieran cargo no es garantía de eficacia, y el único control que propone el representante de las JJSS sería que cada cuatro años con el voto de los electores. Pero tratándose de una asistencia que debe ser inmediata, ¿se podrían esperar cuatro años para cambiar una mala gestión?. Además cuando se vota, se hace por muchos motivos (incluidas las filias que cada uno, la economía, el paro, salir de Irak...), tener en cuenta estas gestiones puede ser uno entre muchos, luego, casos de mala gestión se podrían prolongar de forma indefinida hasta hacer inviable una institución. Cuando el principal problema ahora es la falta de recursos y lo que hay, que hay que administrarlo bien.

Estas funciones sociales empezó a llevarlas a cabo la Iglesia porque en ese momento no las hacía nadie, faltaba ayuda ó como se dice ahora había demanda social, el caso de Cáritas ha remediado mucho la falta de una ayuda inmediata, algo que las administraciones con toda su capacidad no habían previsto y es sólo un ejemplo.

Hay una forma y es que las administraciones emprendan estas asistencias y que se demuestren eficaces y lleguen a todos, así no habrá gente en la colas de Cáritas, ni gente en la cola para entrar en un colegio concertado porque todo el mundo querrá ir a un colegio público, y los ancianos se irían de los asilos de monjas a un asilo del estado. Y si las instituciones de la Iglesia van perdiendo a gente que atender ir recortando el dinero. Pero lo que no puede ser es lanzándose a la aventura poniendo en riesgo algo que funciona bien, es eficiente y afecta "a personas" a las que no les suele sobrar recursos.

Y en el caso de que las instituciones de la Iglesia perdiesen personas a las que atender, los que han promovido y participan de esas iniciativas buscarían otros casos de necesidad, dentro y fuera de España porque por desgracia lo que sobra es necesidad que atender.

Lo que ocurre es que mientras el modo de actuar de las instituciones dependendientes de las administración (y de algunas ongs) es primero tener la subvención y luego actuar (y así se pierde dinero muchas veces en el aparato administrativo), las instituciones de la Iglesia suelen empezar a actuar donde se ve una necesidad y luego se van buscando las ayudas y las subvenciones y si funciona bien y con el tiempo se va haciendo cada vez más complejo y se llega a más gente. Así empezó la madre Teresa, sola por las calles de Calcuta.




Dice el documento de las JJSS; «Debemos expresar también, que la intromisión de la Iglesia en el plano correspondiente a las instituciones del Estado ha sobrepasado los límites económicos, entrando también en el plano moral y legal.

De este modo, ha resultado de una injerencia inaceptable, no sólo para nosotros, sino para el sentir mayoritario de la sociedad española, la intromisión de la Iglesia en la regulación por parte del Estado del matrimonio civil, tanto en lo que respecta al divorcio como en lo que atañe al matrimonio entre personas del mismo sexo. Nadie, y menos quien respete la libertad religiosa, se imagina al Estado realizando una injerencia equivalente en la regulación del matrimonio canónico.

De la misma manera, la intromisión de la Iglesia en la regulación por parte del Estado del currículum educativo y la creación de la asignatura “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” ha resultado otro episodio bochornoso de intromisión en los asuntos de nuestro país.

Y no podemos dejar de mencionar la posición de la Iglesia en lo tocante a la regulación penal en nuestro país de la interrupción voluntaria del embarazo. Tampoco se le escapa a nadie que, si España no regula qué es y qué no es pecado, la Iglesia no puede pronunciarse sobre qué debe ser y qué no debe ser delito».



Creemos que este comentario tendría sentido si las Juventudes Socialistas vivieran el socialismo en privado y no quisieran llevarlo a la sociedad. Pero si ellos quieren llevar sus ideas a la sociedad, ¿porqué critican que los católicos quieran que sus principios estén en la sociedad?.

Los obispos ha lanzado unos mensajes sobre lo que piensan de determinados temas polémicos para que la sociedad libremente los recoja, y lo que se está diciendo en el fondo es que la Iglesia no puede opinar públicamente sobre esos temas como si se temiera que la gente les pueda hacer caso.

Ahora no gobierna su partido, y no han dejado de oponerse a las medidas que ha emprendido el actual gobierno y al mismo tiempo han propuesto su propias medidas, ¿se le puede llamar intromisión en las instituciones?.

La Iglesia dice qué es y qué no es pecado, e imaginamos que las Juventudes Socialistas deciden internamente qué es y qué no es acorde con el socialismo, los demás no les decimos qué deben considerar acorde con el socialismo y qué no y sin embargo las JJSS opinan sobre las leyes.








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