Las causas del aborto; evitar que se haga de forma clandestina.



En teoría legalizar el aborto se presenta como algo humanitario para evitar por ejemplo que se haga sin garantias sanitarias y que las mujeres puedan ser encarceladas. Incluso ahora quienes habían propuesto limitar la ley en España aseguraban que en cualquier caso ninguna mujer iría a la cárcel. Y hay que decir que antes de legalizarlo parcialmente en 1985 (sobre el papel aunque en la práctica fue libre) e incluso en el franquismo, los delitos por aborto tramitados eran sólo unos cientos, lo que demuestra que no había empeño en perseguir a las mujeres sino en proteger jurídicamente al no-nacido.

Y ésta es una de las cuestiones que se suele tergiversar intentando parecer que los partidarios de que sea abolida toda ley que lo permite lo que quieren es que las mujeres vayan a la cárcel, cuando lo que realmente quieren es que las personas no-nacidas estén también protegidas. De modo semejante a que las leyes que protegen la propiedad no lo hacen con la intención de llenar las cárceles, sino para proteger la propiedad y trasmitir a la sociedad la idea de que hay que respetar la propiedad cuando es de otros, y si no fuese por ello habría muchos más robos.

Ahora es difícil defender que hay que penalizar el aborto cuando se le ha dicho a la mujer y a la sociedad en general que es un derecho, por ello partiendo de esta situación hay que convencer de la realidad de lo que supone. De hecho cuando se han aprobando las leyes que lo permiten se han introducido al principio para casos extremos como una cuña, se han ido cambiando las mentalidades para luego ir ampliándolo hasta hacerlo prácticamente libre. Seguramente antes de permitirlo en casos extemos la mayoría hubiera estado en contra de considerarlo libre, e incluso los políticos que lo promovieron al principio estarían influídos (al menos en parte) por la mentalidad que lo consideraba algo rechazable.

En la evolución de los políticos se ve cómo se van cambiando las mentalidades cuando una ley injusta se mantiene mucho tiempo, en España en 1985 los socialistas promovieron una ley del aborto limitado para tres supestos que si se hubiera hecho cumplir hubiera provocado pocos casos, y el centro-derecha se opuso tenazmente a esa ley proponiendo que la vida del no-nacido estuviera protegida en todos los casos. Por una mentalidad heredada de un modelo de sociedad anterior.

Que el aborto legalizado esté asumido socialmente no cambia el hecho en sí de que en cada aborto se elimina a un ser humano. Y ésta es la cuestión principal de todo el debate, por ello la meta para cambiar esta situación injusta debe ser que algún día la vida de todos vuelva a estar protegida. Que una parte importante de la sociedad haya lo haya asumido como algo normal no cambia la realidad de lo que supone ésta práctica, que como hemos dicho suele permancer oculta y cuando se muestra tal cual es (fotografías de fetos, etc) provoca escándalo, cuando lo que debería provocar escándalo es esta realidad.

Además legalizarlo provoca el debate de que la sociedad en lugar de proteger la vida de todos sus miembros, se hace partícipe de que una parte sean eliminada por otra parte por unas razones en teoría utilitaristas. Si revisamos los dramas del siglo XX han venido principalmente por esta idea utilitarista, toda vida humana dejaba de estar protegida legalmente porque había una causa en teoría superior que lo justificaba, cambiando la mentalidad heredada de nuestra cultural. No quiere decir que antes de los cambios sociales no hubiera situaciones de injusticia, donde hay hombres hay errores por su propia naturaleza, pero la historia ha demostrado que cuando además de los errores humanos falla la guía que rige a las sociedades los resultados son mucho peores, al menos se aprecia cuantitativamente.

Se tiende a pensar por ejemplo que si en España hay 110.000 abortos al año, si se ilegalizase esta práctica habría el mismo número clandestinos y no es cierto. Si se ilegalizase habría muchos menos, porque no es lo mismo ir a una clínica con relativa normalidad que no poder hacerlo. Y porque al ilegalizarlo se hace pedagogía, se trasmite la idea a la sociedad de que es algo malo, por ello lo que más ha favorecido el número de aborto es que esté legalizado porque se tiende a pensar que lo ilegal es malo y que si algo está permitido y las autoridades incluso lo subvencionan debe ser bueno ó como dicen los favorables, un derecho. Por eso en los países donde se legalizó ha ido creciendo su número poco a poco según se ha ido cambiando las mentalidades. Aquí en 1990, cinco años después de legalizarlo había unos 40.000 abortos al año y el gobierno de entonces promovía la primera campaña del uso del presevativo para entre otras razones limitar el número, 20 años después el número de abortos se había triplicado porque se ha asumido socialmente como algo normal.

Lo que significa que si se ilegalizase el aborto, no habría que perseguir a cien mil mujeres que abortasen clandestinamente porque serían muchas menos y a cambio se salvarían las vidas de muchos no nacidos. Y salvaríamos el principio de que la sociedad protege el derecho a la vida de todos con lo que tendría además de pedagogía contra la mentalidad individualista, fuera de gestos puntuales que no cuestan esfuerzo y solucionan poco, parece difícil crear una sociedad en la que de verdad exista solidaridad entre todos sus miembros si se ha promovido pensar antes en uno mismo que en lo que les ocurra a los que ya existen pero aún no han nacido. Hace poco leíamos a un ginecólogo afirmar que no se conoce ningún caso de una mujer que pensando abortar, no lo hubiera hecho y que luego se arrepintiese.






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