400 hijos

Hace pocos años saltó el escándalo de un hombre que había donado esperma durante años y podría ser padre de 400 hijos, se dió cuenta de la magnitud del problema cuando dos hijas de la fecundación in vitro buscaron el rastro de su progenitor. Y muestra los problemas al tratar a seres humanos como objetos, que tienen valor sólo en cuanto son deseados por otros porque sirven a su propósito y no se considera que tengan valor por sí mismos. Algo que también que se ve todos los días con el aborto.

Y un paso más son proyectos como el que se ha votado esta semana en el parlamento madrileño para permitir los vientres de alquiler, usar a niños y a las madres gestantes como objetos que se usan sin tener en cuenta el valor que tienen por sí mismos, por ejemplo el derecho de un niño a ser criado por sus padre y madre natural. Se podrá decir que hay casos de adopciones, pero se supone que en esos casos un hijo no está con sus padres por una fuerza mayor que lo impide, no porque se haya querido así a propósito.

Y al mismo tiempo se ha promovido en este parlamento una ley de apoyo a la transexualidad que entre otros va a afectar a los niños en edad escolar. Lo que significa que una inclinación desordenada se convierte públicamente en un derecho protegido con lo que va a llevar de confusión a muchas mentalidades, sobre todo entre los más jóvenes poco formados. Hasta el punto que puede llegar a ser delito cuestionar públicamente esa conducta. Al final sólo algún medio privado se ha hecho eco de estos proyectos.

No creemos que denunciar públicamente estas medidas perjudiciales u otras parecidas sea por sentirnos superiores, pensamos que se trata de males objetivos que pueden confundir la mentalidad de muchas personas y si no se denuncian se podría estar fallando por omisión.