La realidad del Papa es que es sucesor de Pedro. Punto y aparte.

Así ha dicho el arzobispo de Madrid, Don Carlos Osoro en una entrevista. Aunque en nuestra opinión, otros tendrán la suya y otros la suya, es una muestra de que no hay un discurso por decirlo ordenado en lo que se está llamando "la reforma". Porque se ha criticado que haya quienes tengan referencia a la ley, a las normas, y defender que el Papa actual es el sucesor de Pedro, es decir tiene la autoridad, es una ley y una norma. Hay como un interés en decirnos que seguir las normas es algo malo, pelagianismo, referencialidad, etc... y decir al mismo tiempo que hay que obedecer al Papa actual porque es el Papa, es referencialidad.


La autoridad del Papa es una consecuencia de que haya una ley, y es una perogrullada, pero sin esa ley la persona del Papa de cada época no tendría autoridad. No se trata por decirlo de algún modo como un político que gana la dirección de un partido. Haciendo una abstracción, lo que hace el Papa sólo se podría desligar de la ley si se dejase de reconocer que hay una ley superior que nos obliga, pero si se dejase de reconocer esa ley, ¿en qué se basaría la autoridad del Papa?. Las autoridades civiles de ahora se basan en que son elegidas por sufragio, pero como sabemos la autoridad del Papa no viene así. Queremos decir que la autoridad del Papa está unida a la ley, si no, su autoridad perdería la base en la que se apoya, también por esa ley los creyentes católicos tienen la obligación de obedecer al Papa.

Los errores humanos se pueden dar en los que gobiernan y por supuesto también en los que critican, afortunadamente tenemos una guía, la doctrina que nos ha legado la tradición de la Iglesia, que es como la sabiduría formada durante siglos de aplicar los principios del Evangelio a cosas concretas.