HABLEMOS DE EUTANASIA
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Hoy los obispos andaluces van a estudiar a fondo la nueva ley de la Junta de Andalucía sobre la Eutanasia. La Iglesia, maestra en humanidad, tiene desde su defensa de la dignidad humana, y desde su experiencia pastoral con los enfermos y ancianos, una doctrina muy precisa sobre el tema, reconocida universalmente como la más acertada para afrontar este asunto. Según el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, estas son las claves de esta doctrina:
1. Una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, mal llamada eutanasia, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo su Creador.
2. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida.
3. La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados (”encarnizamiento terapéutico”) puede ser legítima. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla.
4. Las decisiones respecto a los medios desproporionados deben ser tomadas por el paciente, si tiene capacidad, o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente.
5. Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a un enfermo no pueden ser legítimamente interrumpidos.
6. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable.
7. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados.
¿Está el gobierno andaluz capacitado para discutir uno a uno estos principios, o sólo se quiere seguir dejando llevar por los defensores de la cultura de la muerte?
Fuente: blogs.cope.es/diosesprovidente/
Hoy los obispos andaluces van a estudiar a fondo la nueva ley de la Junta de Andalucía sobre la Eutanasia. La Iglesia, maestra en humanidad, tiene desde su defensa de la dignidad humana, y desde su experiencia pastoral con los enfermos y ancianos, una doctrina muy precisa sobre el tema, reconocida universalmente como la más acertada para afrontar este asunto. Según el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, estas son las claves de esta doctrina:
1. Una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, mal llamada eutanasia, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo su Creador.
2. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida.
3. La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados (”encarnizamiento terapéutico”) puede ser legítima. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla.
4. Las decisiones respecto a los medios desproporionados deben ser tomadas por el paciente, si tiene capacidad, o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente.
5. Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a un enfermo no pueden ser legítimamente interrumpidos.
6. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable.
7. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados.
¿Está el gobierno andaluz capacitado para discutir uno a uno estos principios, o sólo se quiere seguir dejando llevar por los defensores de la cultura de la muerte?
Fuente: blogs.cope.es/diosesprovidente/
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