Estar contra el aborto no es sólo una cuestión de moral religiosa

Como se ha dicho muchas veces es también de ley natural. Estar contra el aborto puede venir de sencillamente observar la realidad, ya hemos comentado que una forma de percibir qué es el aborto es ver la imagen de una ecografía, la vida que ya existe y también la de un feto abortado, es difícil no conmoverse con la imagen de ese cuerpecillo roto. Por ello muchas veces los que más pelean contra el aborto sean personas que han trabajado en sitios donde se realizaban, porque conocen bien esa realidad, que suele permanecer oculta y se intenta enmascarar con eufemismos. Uno de los más famosos es el video El Grito silencioso, del doctor Bernard. N. Nathanson (se puede ver en YouTube).

Y si esta realidad suele permanecer oculta creemos que hay que para sacarla a luz, porque no se podrá cambiar la tendencia a la cada vez más tolerancia al aborto si no hablamos de qué supone realmente esta práctica, y que se puede apreciar racionalmente. Además de las vidas que podamos salvar mientras tanto si convencemos personalmente a madres, padres, personal sanitario, responsable políticos, etc

El aborto no depende sólo de la conciencia individual como decía esta semana un político en un programa en el que le hacían preguntas, aunque también lo sea se trata del hecho objetivo de que en un aborto se elimina a un ser humano, sería semejante a decir que el maltrato depende de la conciencia individual de los maltratadores. Y del mismo modo que impedir que se maltrate nos obliga actuar, que se eliminen vidas con el aborto nos obliga a intentar limitarlo.