LOS HIPÓCRITAS DEL ABORTO.
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En la escalada del aborto hemos subido ya varios escalones, Zapatero y el gobierno socialista se están preparando para que subamos el siguientes, la ampliación y el "suicidio asistido". Cada nuevo aumento de la "cultura de la muerte" es un nuevo drama, una vuelta de tuerca de la práctica cruel del asesinato y la complicidad de una sociedad que mayoritariamente ó está a favor ó mira a otro lado. Cada vez que los socialistas anuncian su intención de una ampliación hay un revuelo en los entes sociales que están a favor de la vida, son muy necesarias este tipo de declaraciones como las de varios obispos llamando a que los políticos católicos y católicos en general eleven sus protestas contra el crimen y ejerzan resistencia. Gracias a Dios existen estas voces de la Iglesia y de algunos medios y articulistas, es una muestra de que no es una guerra perdida del todo y en nuestra sociedad no sólo existe superficialidad y conformismo.
Pero no nos llevemos a engaño, ¿qué hacemos los contrarios al aborto entre cada nuevo anuncio de los socialistas?. ¿Acaso no hemos llegado a conformarnos con que se deje el aborto como está?. Nos hemos acostumbrado junto a la sociedad a que los actuales supuestos que lo despenalizan, aunque reprobables, entran dentro de lo que puede ser "admisible" en una sociedad "plural" en la que convergen distintas posturas sobre el tema. Pero la cuestión es que el "crimen" no puede ser una cuestión opinable, porque se trata de un asesinato aunque un segmento importante de la población niegue que lo es y alegue su libertad de opinión para mantener su postura.
Posiblemente en la cuestión del aborto hemos llegado al colapso del sistema "democrático", porque si el aborto es objetivamente un crimen ¿debe ser tolerada la postura que propone un crimen?, ¿debemos ser tolerantes con los defensores de lo que es en realidad un auténtico genocidio?. Sabemos que en este momento de la historia es inviable plantearse un vuelco en los sistemas de gobierno que tuviera los principios de la "ley natural" como orientación obligatoria, aunque sería deseable, pero al menos debemos mantener que el aborto en cualquier supuesto es un crimen abominable con claridad diáfana. Los defensores de la vida en España aunque reconozcamos que existe vida humana desde el momento de la concepción no lo defendemos con la contundencia que merecería.
Es un drama una nueva ampliación de este crimen, pero es un escándalo que desde los medios conservadores se critique ferozmente la reforma de la ley promovida por los progresistas y se haga la vista gorda con la ley que actualmente está vigente, la que permite eliminar físicamente a los minusválidos ó a los que alteren síquicamente a la madre, la que no quiso reformar el Partido Popular cuando gobernó ni tiene la intención de hacerlo. Tal y como se plantea desde muchos foros parece que el aborto es una cuestión promovida y apoyada "sólo" por los progresistas.
Con el cumplimiento, al pie de la letra, de la actual ley del aborto, 9 de cada 10 niños con síndrome de down serán asesinados antes de nacer, en total unos 50.000 desde el principio de la ley, en el futuro de España no habrá apenas niños con este síndrome ni otros minusválidos de nacimiento. Un auténtico genocidio que no tiene nada que envidiar a los del siglo XX juzgados por los tribunales internacionales.
Nos rasgamos las vestiduras con cada nueva propuesta socialista pero el gran salto sustancial, cuantitativo, está en defender la inviolabilidad de la vida ó en aceptar determinadas excepciones. Hay infinitamente más distancia entre rechazar el aborto en cualquier supuesto que entre asumir determinados supuestos y una ampliación de estos. Que en España mueran cien mil niños en un año y que se pueda ampliar el número, apenas hay diferencias morales, se trata de una sociedad igualmente homicida. Desde que se acepta cualquier excepción de un principio que debería ser innegociable se abre la puerta a todos los desmanes, si llegamos a aceptar unas excepciones, ¿porqué no vamos a aceptar otras?. Si aceptamos el aborto en determinados supuestos abrimos la puerta a que se amplíe, a que se acepte la eutanasia....
Es hipócrita que desde la COPE, La Razón, ABC... se mantenga un apoyo implícito a un partido como el Popular y sus organizaciones satélites que proponen mantener esta ley como está vigilando su cumplimiento, distrayendo la atención sobre su responsabilidad en este crimen. Y que por ejemplo se permita que Federico Jiménez Losantos defienda el aborto en determinados supuestos.
La solución no puede estar en quejarnos cada vez que sale a los medios el tema del aborto, haciendo llamamientos para que los políticos, especialmente los católicos, tomen conciencia de lo que supone este drama y ejerzan algún tipo de acción, apelando a su buena voluntad. La experiencia demuestra que los políticos están sometidos a la estrategia de partido cuyo fin es alcanzar el poder, los políticos seguirán las orientaciones que les dicte la opinión mayoritaria y las encuestas. La única forma de presión real que tenemos los católicos y los contrarios al aborto es el voto, debemos negárselo a cualquier partido político que lo promueva ó apoye en cualquier supuesto, sin temer a los resultados, ni hacer cálculos de quién ganaría en su lugar.
Hagamos una fotografía mental de un niño de unos meses con sus gestos y movimientos infantiles, ahora imaginemos su asesinato por los métodos habituales de aborto.... Para intentar evitarlo ¿no merecería la pena correr el riesgo de provocar alguna alteración de la vida social española no usando el voto "útil"?. Si no estamos equivocados y realmente el aborto es un crimen y el feto es capaz de sentir sufrimiento, creemos que sí la merecería.
En la escalada del aborto hemos subido ya varios escalones, Zapatero y el gobierno socialista se están preparando para que subamos el siguientes, la ampliación y el "suicidio asistido". Cada nuevo aumento de la "cultura de la muerte" es un nuevo drama, una vuelta de tuerca de la práctica cruel del asesinato y la complicidad de una sociedad que mayoritariamente ó está a favor ó mira a otro lado. Cada vez que los socialistas anuncian su intención de una ampliación hay un revuelo en los entes sociales que están a favor de la vida, son muy necesarias este tipo de declaraciones como las de varios obispos llamando a que los políticos católicos y católicos en general eleven sus protestas contra el crimen y ejerzan resistencia. Gracias a Dios existen estas voces de la Iglesia y de algunos medios y articulistas, es una muestra de que no es una guerra perdida del todo y en nuestra sociedad no sólo existe superficialidad y conformismo.
Pero no nos llevemos a engaño, ¿qué hacemos los contrarios al aborto entre cada nuevo anuncio de los socialistas?. ¿Acaso no hemos llegado a conformarnos con que se deje el aborto como está?. Nos hemos acostumbrado junto a la sociedad a que los actuales supuestos que lo despenalizan, aunque reprobables, entran dentro de lo que puede ser "admisible" en una sociedad "plural" en la que convergen distintas posturas sobre el tema. Pero la cuestión es que el "crimen" no puede ser una cuestión opinable, porque se trata de un asesinato aunque un segmento importante de la población niegue que lo es y alegue su libertad de opinión para mantener su postura.
Posiblemente en la cuestión del aborto hemos llegado al colapso del sistema "democrático", porque si el aborto es objetivamente un crimen ¿debe ser tolerada la postura que propone un crimen?, ¿debemos ser tolerantes con los defensores de lo que es en realidad un auténtico genocidio?. Sabemos que en este momento de la historia es inviable plantearse un vuelco en los sistemas de gobierno que tuviera los principios de la "ley natural" como orientación obligatoria, aunque sería deseable, pero al menos debemos mantener que el aborto en cualquier supuesto es un crimen abominable con claridad diáfana. Los defensores de la vida en España aunque reconozcamos que existe vida humana desde el momento de la concepción no lo defendemos con la contundencia que merecería.
Es un drama una nueva ampliación de este crimen, pero es un escándalo que desde los medios conservadores se critique ferozmente la reforma de la ley promovida por los progresistas y se haga la vista gorda con la ley que actualmente está vigente, la que permite eliminar físicamente a los minusválidos ó a los que alteren síquicamente a la madre, la que no quiso reformar el Partido Popular cuando gobernó ni tiene la intención de hacerlo. Tal y como se plantea desde muchos foros parece que el aborto es una cuestión promovida y apoyada "sólo" por los progresistas.
Con el cumplimiento, al pie de la letra, de la actual ley del aborto, 9 de cada 10 niños con síndrome de down serán asesinados antes de nacer, en total unos 50.000 desde el principio de la ley, en el futuro de España no habrá apenas niños con este síndrome ni otros minusválidos de nacimiento. Un auténtico genocidio que no tiene nada que envidiar a los del siglo XX juzgados por los tribunales internacionales.
Nos rasgamos las vestiduras con cada nueva propuesta socialista pero el gran salto sustancial, cuantitativo, está en defender la inviolabilidad de la vida ó en aceptar determinadas excepciones. Hay infinitamente más distancia entre rechazar el aborto en cualquier supuesto que entre asumir determinados supuestos y una ampliación de estos. Que en España mueran cien mil niños en un año y que se pueda ampliar el número, apenas hay diferencias morales, se trata de una sociedad igualmente homicida. Desde que se acepta cualquier excepción de un principio que debería ser innegociable se abre la puerta a todos los desmanes, si llegamos a aceptar unas excepciones, ¿porqué no vamos a aceptar otras?. Si aceptamos el aborto en determinados supuestos abrimos la puerta a que se amplíe, a que se acepte la eutanasia....
Es hipócrita que desde la COPE, La Razón, ABC... se mantenga un apoyo implícito a un partido como el Popular y sus organizaciones satélites que proponen mantener esta ley como está vigilando su cumplimiento, distrayendo la atención sobre su responsabilidad en este crimen. Y que por ejemplo se permita que Federico Jiménez Losantos defienda el aborto en determinados supuestos.
La solución no puede estar en quejarnos cada vez que sale a los medios el tema del aborto, haciendo llamamientos para que los políticos, especialmente los católicos, tomen conciencia de lo que supone este drama y ejerzan algún tipo de acción, apelando a su buena voluntad. La experiencia demuestra que los políticos están sometidos a la estrategia de partido cuyo fin es alcanzar el poder, los políticos seguirán las orientaciones que les dicte la opinión mayoritaria y las encuestas. La única forma de presión real que tenemos los católicos y los contrarios al aborto es el voto, debemos negárselo a cualquier partido político que lo promueva ó apoye en cualquier supuesto, sin temer a los resultados, ni hacer cálculos de quién ganaría en su lugar.
Hagamos una fotografía mental de un niño de unos meses con sus gestos y movimientos infantiles, ahora imaginemos su asesinato por los métodos habituales de aborto.... Para intentar evitarlo ¿no merecería la pena correr el riesgo de provocar alguna alteración de la vida social española no usando el voto "útil"?. Si no estamos equivocados y realmente el aborto es un crimen y el feto es capaz de sentir sufrimiento, creemos que sí la merecería.
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