SOBRE EL "BEBÉ MEDICAMENTO"
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La Iglesia y todos los que se oponen al llamado "bebé medicamento" desean que la ciencia y la tecnología se desarrollen todo lo posible cuando se ponen al servicio de curar enfermedades y limitaciones físicas. Los avances científicos en este campo son un motivo de gran alegría, especialmente cuando se ponen al servicio de los niños.
La práctica de utilizar a un hermano seleccionado genéticamente para curar una enfermedad grave presenta dos cuestiones discutibles; una que para seleccionar a un embrión óptimo se han tenido que destruir a varios "hermanos" embriones y otra que el niño desarrollado finalmente ha nacido para ser útil a otra persona, no ha sido deseado por sí mismo.
Estas son las objeciones que opone la Iglesia a esta práctica, no el hecho en sí de utilizar nuevas técnicas médicas.
La Iglesia considera que los embriones tienen alma, esto forma parte de sus creencias religiosas, pero también cree que un embrión es vida humana desde el momento de la concepción por razones médicas y antropológicas. Y al igual que la Iglesia lo creen miles de científicos creyentes y no creyentes de todo el mundo.
La misma existencia de un debate complejo que perdura en el tiempo (también científico) sobre éste tema, debería inspirar en todos que al menos existe una duda razonable sobre si un embrión se pueda considerar vida humana o no y que ésta consideración pueda decidir sobre su vida.
Este mismo caso muestra que cuando se manipulaban embriones estaban tratando con "vida humana", no trataban sencillamente con "vida". Sabían que el "amasijo de células" que manejaban iba a producir el hermano compatible de un humano, para este fin no hubiera servido el embrión de otro ser vivo que fuese considerado solo "vida". Además el elegir a un hermano determinado demuestra la individualidad exclusiva de cada embrión distinta a otros embriones del género humano.
Las legislaciones de los países protegen el embrión humano de formas distintas , no así el de los animales y las plantas. Sí hay diferenciación entre unos y otros "amasijos de células", por ejemplo en España aún está prohibida la clonación humana, la clonación se realiza sobre embriones, si un embrión fuese considerado sólo "vida" no debería estar prohibida. Está prohibida porque el resultado sería una vida humana manipulada.
Quizás en un futuro nos presenten la imagen de un adulto gravemente enfermo proponiendo la clonación como solución para obtener órganos compatibles.
Un embrión es vida humana en un determinado estado de desarrollo. Existe una contradicción en las legislaciones de los países que en parte protegen los embriones humanos y en parte permiten su manipulación, porque el ser considerado humano es una condición absoluta, o se es humano o no se es, no existe una consideración intermedia.
Los padres de un llamado "bebé medicamento" pueden expresar que sí era deseado y que además ha servido para curar a un hermano enfermo y puede que sea así, pero también es posible que sea engendrado principalmente para ser utilizado. Poniéndonos en el lugar de un niño seleccionado genéticamente y queriendo a nuestros hermanos, ¿no nos provocaría desasosiego pensar que quizás no hemos sido queridos del todo por nosotros mismos?.
La Iglesia y todos los que se oponen al llamado "bebé medicamento" desean que la ciencia y la tecnología se desarrollen todo lo posible cuando se ponen al servicio de curar enfermedades y limitaciones físicas. Los avances científicos en este campo son un motivo de gran alegría, especialmente cuando se ponen al servicio de los niños.
La práctica de utilizar a un hermano seleccionado genéticamente para curar una enfermedad grave presenta dos cuestiones discutibles; una que para seleccionar a un embrión óptimo se han tenido que destruir a varios "hermanos" embriones y otra que el niño desarrollado finalmente ha nacido para ser útil a otra persona, no ha sido deseado por sí mismo.
Estas son las objeciones que opone la Iglesia a esta práctica, no el hecho en sí de utilizar nuevas técnicas médicas.
La Iglesia considera que los embriones tienen alma, esto forma parte de sus creencias religiosas, pero también cree que un embrión es vida humana desde el momento de la concepción por razones médicas y antropológicas. Y al igual que la Iglesia lo creen miles de científicos creyentes y no creyentes de todo el mundo.
La misma existencia de un debate complejo que perdura en el tiempo (también científico) sobre éste tema, debería inspirar en todos que al menos existe una duda razonable sobre si un embrión se pueda considerar vida humana o no y que ésta consideración pueda decidir sobre su vida.
Este mismo caso muestra que cuando se manipulaban embriones estaban tratando con "vida humana", no trataban sencillamente con "vida". Sabían que el "amasijo de células" que manejaban iba a producir el hermano compatible de un humano, para este fin no hubiera servido el embrión de otro ser vivo que fuese considerado solo "vida". Además el elegir a un hermano determinado demuestra la individualidad exclusiva de cada embrión distinta a otros embriones del género humano.
Las legislaciones de los países protegen el embrión humano de formas distintas , no así el de los animales y las plantas. Sí hay diferenciación entre unos y otros "amasijos de células", por ejemplo en España aún está prohibida la clonación humana, la clonación se realiza sobre embriones, si un embrión fuese considerado sólo "vida" no debería estar prohibida. Está prohibida porque el resultado sería una vida humana manipulada.
Quizás en un futuro nos presenten la imagen de un adulto gravemente enfermo proponiendo la clonación como solución para obtener órganos compatibles.
Un embrión es vida humana en un determinado estado de desarrollo. Existe una contradicción en las legislaciones de los países que en parte protegen los embriones humanos y en parte permiten su manipulación, porque el ser considerado humano es una condición absoluta, o se es humano o no se es, no existe una consideración intermedia.
Los padres de un llamado "bebé medicamento" pueden expresar que sí era deseado y que además ha servido para curar a un hermano enfermo y puede que sea así, pero también es posible que sea engendrado principalmente para ser utilizado. Poniéndonos en el lugar de un niño seleccionado genéticamente y queriendo a nuestros hermanos, ¿no nos provocaría desasosiego pensar que quizás no hemos sido queridos del todo por nosotros mismos?.
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