.
«Adopción Espiritual»
De vuelta de vacaciones, os propongo “Adopción Espiritual”. Se trata de adoptar espiritualmente un niño no nacido durante nueve meses, el tiempo que pasamos en la tripa de nuestras madres, de forma que no le ocurra nada malo durante esa primera etapa de su vida. Se trata de dirigir una pequeña oración, unas palabras, un pensamiento, un suspiro de amor... lo que nos pida el corazón, pensando en un niño que acabe de ser gestado en alguna tripita o en algún frío frasco de laboratorio. La idea es que nuestra oración le acompañará durante sus nueve primeros meses de vida. El tema no es nuevo, lleva tiempo dando la vuelta al mundo. En la oración se recomienda dirigirnos a los padres terrenales de Jesús: la Virgen María, que lo llevó dentro durante nueve meses, y San José, que lo cuidó durante toda su infancia como hijo propio, como protectores de “nuestro niño adoptado espiritualmente”.
Se cuentan historias preciosas de casualidades ocurridas. Parece como si en algún momento la fortuna nos hiciera ver quién es “nuestro niño adoptado espiritualmente”. Espero que le pase a alguno de vosotros.
Miguel
«Adopción Espiritual»
De vuelta de vacaciones, os propongo “Adopción Espiritual”. Se trata de adoptar espiritualmente un niño no nacido durante nueve meses, el tiempo que pasamos en la tripa de nuestras madres, de forma que no le ocurra nada malo durante esa primera etapa de su vida. Se trata de dirigir una pequeña oración, unas palabras, un pensamiento, un suspiro de amor... lo que nos pida el corazón, pensando en un niño que acabe de ser gestado en alguna tripita o en algún frío frasco de laboratorio. La idea es que nuestra oración le acompañará durante sus nueve primeros meses de vida. El tema no es nuevo, lleva tiempo dando la vuelta al mundo. En la oración se recomienda dirigirnos a los padres terrenales de Jesús: la Virgen María, que lo llevó dentro durante nueve meses, y San José, que lo cuidó durante toda su infancia como hijo propio, como protectores de “nuestro niño adoptado espiritualmente”.
Se cuentan historias preciosas de casualidades ocurridas. Parece como si en algún momento la fortuna nos hiciera ver quién es “nuestro niño adoptado espiritualmente”. Espero que le pase a alguno de vosotros.
Miguel
Comentarios