El presidente de Uruguay se opone a la marihuana y el aborto, pero prefiere legalizarlos
En España está demostrado por la experiencia y la estadística que legalizar el aborto y las drogas multiplicó su número.
En los años cercanos a aprobarse la primera ley despenalizadora del aborto se falseaban las cifras afirmando que anualmente se realizaban 300.000 abortos clandestinos.
En el diario EL País se decía en 1982; «El aborto, una ley necesaria ...¿Por qué una ley de interrupción voluntaria del embarazo? Ante la realidad objetiva de hasta 300.000 abortos clandestinos anuales, según la memoria del fiscal del Tribual Supremo de 1974, el PCE se plantea la urgencia de una ley que satisfaga a la vez las aspiraciones de las mujeres y las necesidades de la sociedad en esta materia. El fin prioritario es, sin ningún género de duda, la defensa del ejercicio de la maternidad en las mejores condiciones para la madre y para la vida del futuro hijo/a. Dentro de este marco, el objetivo fundamental es la lucha contra el aborto clandestino y la propuesta y adopción de medidas tendentes a evitar dichos abortos clandestinos.
Porque paradójicamente nos encontramos en un país cuyo Gobierno, supuestamente antiabortista, no pone ningún medio para evitar los abortos clandestinos, salvo su penalización (que, por otro lado, la realidad nos demuestra que es una medida ineficaz para su erradicación), favoreciendo, por el contrario, su práctica habitual. Esto es así porque en España son prácticamente inexistentes medidas eficaces que regulen la prevención del aborto en materia de administración e información sobre anticonceptivos, así como otro tipo de leyes de protección a la maternidad, al igual que las existentes en otros países donde incluso el aborto está legalizado o despenalizado».
http://elpais.com/diario/1982/05/10/sociedad/389829603_850215.html
http://elpais.com/diario/1982/05/06/opinion/389484009_850215.html
http://elpais.com/diario/1982/10/05/espana/402620419_850215.html
Que la cifra dada de abortos clandestinos estaba falseada se demuestra en que ni con el aborto libre en la práctica de estos años y con una sociedad bastante menos conservadora que la de entonces hemos llegado a la mitad de esa cifra.
En 1985; hubo 9 abortos legales. En 1986; 411. En 1987; 17.180. En 1990; 36.095.
En 1995, diez años después de aprobada la primera ley se practicaron 50.000 abortos, y en 2011, venticinco años después, 118.000.
¿Porqué se falsearon entonces las cifras?, porque había un interés ideológico en que se aprobara una ley que lo permitiera y porque los abortos clandestinos no se pueden contabilizar y no cuesta nada dar cifras.
Verá el presidente de Uruguay que al legalizar el aborto, éste irá aumentando poco a poco en número como ha pasado en España y quizás deberían plantearse si la cifra de 30.000 abortos clandestinos que se dan en su país es real.
Aquí se han hecho cada vez más campañas de "educación sexual" y de métodos anticonceptivos y la estadística demuestra que al mismo tiempo han aumentado los abortos y las enfermedades de transmisión sexual.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/04/noticias/1320431591.html
Con las medidas de hacer visibles cosas como el aborto ó el consumo de drogas, al mismo tiempo que legalizan su uso promocionan que sean usadas, y hacen que sean asumidas socialmente con normalidad, se puede decir que desinhiben las costumbres sobre ellas. El número de abortos aumenta porque se frivoliza la sexualidad y sólo se promueve que se practique de forma segura y si hay fallos se sabe que luego se puede ir a abortar y se convierte en un método anticonceptivo más.
La mentalidad de legalizarlo para en teoría poder ponerle mejor remedio se presenta utópica, se piensa que la naturaleza humana se va a gobernar siempre de forma racional y no se va a dejar llevar más por la debilidad de lo que le ofrece una satisfacción inmediata y por un ambiente permisivo.
Normalizar el aborto y los métodos anticonceptivos hacen que en la mentalidad colectiva la sexualidad se trivialice, y cuanto más se trivializa más embarazos no deseados se dan. Por eso al principio de aprobarse las leyes del aborto las cifras son más bajas.
En Zurich en La Platzspitz, conocida con el nombre de 'Parque de las Agujas', al final de los 80 legalizaron el consumo de drogas para en teoría tenerlo controlado, y a los pocos años tuvieron que cerrarlo porque de 300 consumidores pasaron a 20.000. Tiene más fuerza la adicción que las campañas de prevención y concienciación de los peligros de la droga.
Por la experiencia de España, al hacer legal el aborto, la sociedad lo ha asumido como algo normal, un servicio sanitario más del que se puede disponer, y ha disminuido la presión social en general por revertirlo, salvo la que hacen los movimientos pro-vida. Incluso hay gente que dice estar en contra del aborto, ó que ellos nunca abortarían, pero les cuesta afirmar que se deba impedir porque según ellos ya es una cuestión personal. Lo que se planteó al principio para situaciones en teoría límites, se ha acabado por convertir en un derecho.
En España está demostrado por la experiencia y la estadística que legalizar el aborto y las drogas multiplicó su número.
En los años cercanos a aprobarse la primera ley despenalizadora del aborto se falseaban las cifras afirmando que anualmente se realizaban 300.000 abortos clandestinos.
En el diario EL País se decía en 1982; «El aborto, una ley necesaria ...¿Por qué una ley de interrupción voluntaria del embarazo? Ante la realidad objetiva de hasta 300.000 abortos clandestinos anuales, según la memoria del fiscal del Tribual Supremo de 1974, el PCE se plantea la urgencia de una ley que satisfaga a la vez las aspiraciones de las mujeres y las necesidades de la sociedad en esta materia. El fin prioritario es, sin ningún género de duda, la defensa del ejercicio de la maternidad en las mejores condiciones para la madre y para la vida del futuro hijo/a. Dentro de este marco, el objetivo fundamental es la lucha contra el aborto clandestino y la propuesta y adopción de medidas tendentes a evitar dichos abortos clandestinos.
Porque paradójicamente nos encontramos en un país cuyo Gobierno, supuestamente antiabortista, no pone ningún medio para evitar los abortos clandestinos, salvo su penalización (que, por otro lado, la realidad nos demuestra que es una medida ineficaz para su erradicación), favoreciendo, por el contrario, su práctica habitual. Esto es así porque en España son prácticamente inexistentes medidas eficaces que regulen la prevención del aborto en materia de administración e información sobre anticonceptivos, así como otro tipo de leyes de protección a la maternidad, al igual que las existentes en otros países donde incluso el aborto está legalizado o despenalizado».
http://elpais.com/diario/1982/05/10/sociedad/389829603_850215.html
http://elpais.com/diario/1982/05/06/opinion/389484009_850215.html
http://elpais.com/diario/1982/10/05/espana/402620419_850215.html
Que la cifra dada de abortos clandestinos estaba falseada se demuestra en que ni con el aborto libre en la práctica de estos años y con una sociedad bastante menos conservadora que la de entonces hemos llegado a la mitad de esa cifra.
En 1985; hubo 9 abortos legales. En 1986; 411. En 1987; 17.180. En 1990; 36.095.
En 1995, diez años después de aprobada la primera ley se practicaron 50.000 abortos, y en 2011, venticinco años después, 118.000.
¿Porqué se falsearon entonces las cifras?, porque había un interés ideológico en que se aprobara una ley que lo permitiera y porque los abortos clandestinos no se pueden contabilizar y no cuesta nada dar cifras.
Verá el presidente de Uruguay que al legalizar el aborto, éste irá aumentando poco a poco en número como ha pasado en España y quizás deberían plantearse si la cifra de 30.000 abortos clandestinos que se dan en su país es real.
Aquí se han hecho cada vez más campañas de "educación sexual" y de métodos anticonceptivos y la estadística demuestra que al mismo tiempo han aumentado los abortos y las enfermedades de transmisión sexual.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/04/noticias/1320431591.html
Con las medidas de hacer visibles cosas como el aborto ó el consumo de drogas, al mismo tiempo que legalizan su uso promocionan que sean usadas, y hacen que sean asumidas socialmente con normalidad, se puede decir que desinhiben las costumbres sobre ellas. El número de abortos aumenta porque se frivoliza la sexualidad y sólo se promueve que se practique de forma segura y si hay fallos se sabe que luego se puede ir a abortar y se convierte en un método anticonceptivo más.
La mentalidad de legalizarlo para en teoría poder ponerle mejor remedio se presenta utópica, se piensa que la naturaleza humana se va a gobernar siempre de forma racional y no se va a dejar llevar más por la debilidad de lo que le ofrece una satisfacción inmediata y por un ambiente permisivo.
Normalizar el aborto y los métodos anticonceptivos hacen que en la mentalidad colectiva la sexualidad se trivialice, y cuanto más se trivializa más embarazos no deseados se dan. Por eso al principio de aprobarse las leyes del aborto las cifras son más bajas.
En Zurich en La Platzspitz, conocida con el nombre de 'Parque de las Agujas', al final de los 80 legalizaron el consumo de drogas para en teoría tenerlo controlado, y a los pocos años tuvieron que cerrarlo porque de 300 consumidores pasaron a 20.000. Tiene más fuerza la adicción que las campañas de prevención y concienciación de los peligros de la droga.
Por la experiencia de España, al hacer legal el aborto, la sociedad lo ha asumido como algo normal, un servicio sanitario más del que se puede disponer, y ha disminuido la presión social en general por revertirlo, salvo la que hacen los movimientos pro-vida. Incluso hay gente que dice estar en contra del aborto, ó que ellos nunca abortarían, pero les cuesta afirmar que se deba impedir porque según ellos ya es una cuestión personal. Lo que se planteó al principio para situaciones en teoría límites, se ha acabado por convertir en un derecho.
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