La discriminación de la mujer en la Iglesia
En la vida civil no es cierta esa supuesta igualdad de la mujer, porque las mujeres y los hombres tienen misiones distintas determinadas por la naturaleza, es difícil que una mujer se pueda entregar por ejemplo a la maternidad y al mismo tiempo "pelear" en el mundo laboral por alcanzar los puestos más altos. Otra cosa es que lo intente compaginar lo mejor posible, pero la dedicación a los hijos empezando por el tiempo de embarazo la va ha limitar en un mundo competitivo.
Si vemos, en nuestras 17 autonomías sólo hay una presidenta que además es de un partido que no es progresista y en la reunión que va ha tener Zapatero con los 25 o 35 empresarios más importantes de España, no hay por ahora ninguna mujer. Este es el mundo real fuera de los eslóganes de los partidos. Y llevamos ya varios años promoviendo la igualdad, pero esa igualdad se queda más en gestos como la asignación de "cuotas" de forma artificial que esa igualdad se de de forma "natural" en la sociedad.
Si pensamos en el éxito "profesional", una de las personas más importantes en el siglo XX ha sido la Madre Teresa de Calcuta, mucho más conocida a nivel mundial que la mayoría de los papas (y sin cuotas). ¿Cuantos jóvenes de hoy saben cuales fueron los Papas anteriores a Juan Pablo II? Y sin embargo ella no escogió su misión para tener en teoría un éxito semejante a los hombres, sino sólo por un afán de servir. Esa es la misión de todos los que componen la Iglesia (también de los laicos) se esté en el puesto que se esté, el éxito de servir lo mejor que se pueda y en eso los hombres y las mujeres son iguales...
Otro ejemplo, todo el mundo conoce a Santa Teresa de Ávila, ¿sabe alguien quién era su obispo o el Papa de aquella época?.
Esta misión del éxito en el servir cuando alcanza el grado máximo se reconoce con la santidad, no hay mayor reconocimiento a nivel humano para un católico. igualmente para hombres como para mujeres. Los nombres de los santos trascienden a lo largo de los siglos y son conocidos por muchísima gente, sin embargo los de los cargos importantes de la Iglesia casi nadie los recuerda. Incluso sólo desde el punto de vista humano tiene más relevancia rezar a una mujer conocida por su santidad que reconocer a esa mujer sólo por haber ocupado un puesto importante. A la mujer santa se la recordará siempre, durante siglos.
Un amigo protestante discutía hace poco diciendo que los católicos le damos demasiada importancia a la Virgen María, casi como restando importancia al mismo Jesús. No es así porque los católicos rezamos a la Virgen para que interceda por nosotros ante Jesús y no es al revés, pero la importancia que le damos a la Virgen María también es una muestra de la importancia de la mujer en nuestra religión, y desde siempre, cuando hace siglos faltaba mucho tiempo para que existiesen estas corrientes de reivindicación del papel de la mujer.
El mundo no puede juzgar las motivaciones de las personas religiosas con los varemos de la sociedad civil, una persona comprometida en la Iglesia quiere sobre todo servir por amor a Dios y piensa en la otra vida cuando se encuentre con el Padre. Y ocupar cargos o no ocuparlos no tiene importancia comparado con esto. Por eso intentar introducir "dilemas" mundanos como éste sólo hace que estorbar a los verdaderos creyentes. Los que quieren introducirlo lo hacen normalmente desde ideas que sólo juzgan desde un punto de vista racionalista humano, queriendo trasladar los varemos de la sociedad civil a la vida interna de las religiones, y no pueden comprender (o no quieren ) el sentido trascendente que la religión tienen para los creyentes. O proviene de católicos (incluso de algún sacerdote) que han subordinado el sentido trascendente de la religión a la mentalidad racionalista del mundo y a las modas, como si lo importante para la religión fuese acomodarse al mundo.
En la vida civil no es cierta esa supuesta igualdad de la mujer, porque las mujeres y los hombres tienen misiones distintas determinadas por la naturaleza, es difícil que una mujer se pueda entregar por ejemplo a la maternidad y al mismo tiempo "pelear" en el mundo laboral por alcanzar los puestos más altos. Otra cosa es que lo intente compaginar lo mejor posible, pero la dedicación a los hijos empezando por el tiempo de embarazo la va ha limitar en un mundo competitivo.
Si vemos, en nuestras 17 autonomías sólo hay una presidenta que además es de un partido que no es progresista y en la reunión que va ha tener Zapatero con los 25 o 35 empresarios más importantes de España, no hay por ahora ninguna mujer. Este es el mundo real fuera de los eslóganes de los partidos. Y llevamos ya varios años promoviendo la igualdad, pero esa igualdad se queda más en gestos como la asignación de "cuotas" de forma artificial que esa igualdad se de de forma "natural" en la sociedad.
Si pensamos en el éxito "profesional", una de las personas más importantes en el siglo XX ha sido la Madre Teresa de Calcuta, mucho más conocida a nivel mundial que la mayoría de los papas (y sin cuotas). ¿Cuantos jóvenes de hoy saben cuales fueron los Papas anteriores a Juan Pablo II? Y sin embargo ella no escogió su misión para tener en teoría un éxito semejante a los hombres, sino sólo por un afán de servir. Esa es la misión de todos los que componen la Iglesia (también de los laicos) se esté en el puesto que se esté, el éxito de servir lo mejor que se pueda y en eso los hombres y las mujeres son iguales...
Otro ejemplo, todo el mundo conoce a Santa Teresa de Ávila, ¿sabe alguien quién era su obispo o el Papa de aquella época?.
Esta misión del éxito en el servir cuando alcanza el grado máximo se reconoce con la santidad, no hay mayor reconocimiento a nivel humano para un católico. igualmente para hombres como para mujeres. Los nombres de los santos trascienden a lo largo de los siglos y son conocidos por muchísima gente, sin embargo los de los cargos importantes de la Iglesia casi nadie los recuerda. Incluso sólo desde el punto de vista humano tiene más relevancia rezar a una mujer conocida por su santidad que reconocer a esa mujer sólo por haber ocupado un puesto importante. A la mujer santa se la recordará siempre, durante siglos.
Un amigo protestante discutía hace poco diciendo que los católicos le damos demasiada importancia a la Virgen María, casi como restando importancia al mismo Jesús. No es así porque los católicos rezamos a la Virgen para que interceda por nosotros ante Jesús y no es al revés, pero la importancia que le damos a la Virgen María también es una muestra de la importancia de la mujer en nuestra religión, y desde siempre, cuando hace siglos faltaba mucho tiempo para que existiesen estas corrientes de reivindicación del papel de la mujer.
El mundo no puede juzgar las motivaciones de las personas religiosas con los varemos de la sociedad civil, una persona comprometida en la Iglesia quiere sobre todo servir por amor a Dios y piensa en la otra vida cuando se encuentre con el Padre. Y ocupar cargos o no ocuparlos no tiene importancia comparado con esto. Por eso intentar introducir "dilemas" mundanos como éste sólo hace que estorbar a los verdaderos creyentes. Los que quieren introducirlo lo hacen normalmente desde ideas que sólo juzgan desde un punto de vista racionalista humano, queriendo trasladar los varemos de la sociedad civil a la vida interna de las religiones, y no pueden comprender (o no quieren ) el sentido trascendente que la religión tienen para los creyentes. O proviene de católicos (incluso de algún sacerdote) que han subordinado el sentido trascendente de la religión a la mentalidad racionalista del mundo y a las modas, como si lo importante para la religión fuese acomodarse al mundo.
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