Los enviados de si mismos

«Los enviados de Dios

Históricamente siempre ha habido mandamases que se vuelven o locos o tontos. Más de lo primero, hay que reconocerlo así, que de lo segundo. Cuando se convierten en chavetas son más peligrosos que un dóberman; les da por asaltar naciones y por matar gente. Cuando se ponen idiotas se creen llamados a salvar a la Humanidad; “es mi misión”, suelen aseverar humildemente. Un chiste de los viejos tiempos contaba que De Gaulle firmaba así: “Charles de Gaulle, el enviado de Dios”. También Nixon rubricaba sus documentos con un explícito: “Richard Nixon, el enviado de Dios soy yo”. Y por fin Franco, sin pestañear, terminaba tajante: “No creo haber enviado a nadie”. Leyendo que Obama revela que “sigue teniendo capacidad y entusiasmo para cambiar el mundo”, según el titular de ‘El País’, me acordé del chiste».

Carlos Dávila. Director
La Gaceta. Sábado, 20 de noviembre de 2010



A propósito de este comentario, nos va venido a la memoria una escena de la película "Waterloo" (1970) que tiene una factura algo fría, propia del cine de esos años, pero hace un recreación de la batalla espectacular nada que ver con lo artificial que suelen quedar los efectos digitales de ahora. En la escena Napoleón comenta algo como; «mañana nos secaremos las botas en Bruxelas» y un general le contesta; «si Dios quiere» y a su vez Bonaparte le responde; «Dios no tiene nada que ver en esto». Dicen que Napoleón pensaba que no era necesario creer en Dios, pero que la religión sí era necesaria porque ayudaba a articular a la sociedad, lo había aprendido después de los excesos de la Revolución Francesa. También es conocida la escena ocurrida durante su coronación como emperador de Francia para la que había hecho venir al Papa de Roma, creo que por entonces una especie de país vasallo, en la escena cuando el Papa va ha colocarle la corona imperial, Napoleón se la quita de las manos y se la pone él mismo, autocoronándose.





Napoleón fue el primero de todos "hombres importantes" que en nombre de si mismos iban a gobernar el mundo a partir de entonces, fue la anticipación de los totalitarismos del siglo XX. Un liberal dirá que eso no es ser liberal, pero en realidad también lo es, el común denominador de los liberales es no tener una referencia que les limite, salvo la que ellos libremente quieren ponerse, y a unos les da por invadir países y a otros por los empleos ecológicos. "Los enviados de Dios", habrán sido lo que sea, pero sí tenían un límite que les marcaba su propia creencia, y durante muchos siglos no nos fue tan mal con estos hombres (y mujeres), desde los tiempos del rey godo Recaredo, pasando por Don Pelayo e Isabel y Fernando.

Sería injusto no reconocer que en Intereconomía hay cosas buenas, pero como Carlos Dávila es un liberal de pro, prevemos un debate dialéctico para largo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA MATANZA DE SACERDOTES DURANTE LA GUERRA DEL 36

ETNOLATRÍA

Diferencia entre DSI y marxismo