CALIFICADAS DE "LAICISMO AGRESIVO"
Jáuregui tilda de "intromisión" de la Iglesia su calificación a algunas leyes




http://www.europapress.es/sociedad/noticia-jauregui-tilda-intromision-iglesia-calificacion-algunas-leyes-20101209120320.html


Uno de los aspectos más llamativos del pensamiento en el mundo moderno es la falta de lógica de muchos enunciados, aún cuando nos han estado intentado inculcar la idea de que sólo la "razón" humana libre de limitaciones "arcaicas" debe ser tenida en cuenta como valoración de lo que es verdadero o falso, bueno o malo. Y como las religiones defienden unos principios que no están a la libre discusión en un debate público que los apruebe por mayoría, no deben ser tenidos en cuenta en las decisiones de la vida pública.

Dice una noticia de Europa Press:

«El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, ha tildado de "intromisión no adecuada" de la Iglesia sus calificaciones hacia algunas leyes del Gobierno como de "laicismo agresivo" y sus intentos de "mandatar" a cargos públicos que tienen fe católica a "actuar de alguna manera".

En este sentido, Jáuregui ha señalado, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, que las manifestaciones de la Iglesia sobre la tramitación de normas "que rozan" con su código moral, "no corresponden a una actitud de respeto a la democracia y hacia la soberanía popular".»


¿A qué se refiere el ministro con "intromisión no adecuada" de la Iglesia? ¿a manifestar su opinión sobre algún tema? ¿no es la libertad de opinión y de expresión un derecho fundamental?... si la acusación de "intromisión" no se refiere a que la Iglesia a través de sus miembros usen de la libertad de opinión ¿a qué se refiere?

Esta acusación de supuesta "intromisión" de la Iglesia es una acusación recurrente de los miembros del gobierno de Zapatero y de su partido, ¿pretenden acaso limitar la libertad de expresión de los obispos, diciéndoles hasta dónde pueden opinar y que a partir de un momento que ellos consideren, el uso que hagan de la libertad de expresión se considerará "intromisión"?

Si es así, si quieren limitar la opinión de los obispos sobre los temas "que rozan" con algunas medidas del gobierno que lo manifiesten claramente... Ya hemos vivido regímenes en los que la libertad de expresión de las religiones estaba limitada. Como suponemos que no van a defenderlo así porque sería ir en contra de un derecho fundamental de todos los ciudadanos, podemos decir que hablar de "intromisión no adecuada" cuando opina la Iglesia, a parte de ser una afirmación autoritaria, es ilógica. Porque opinar no se puede considerar "intromisión" y si se considera "intromisión" habría que considerar de la misma forma a todos los que critiquen al gobierno por cualquier causa, porque el hecho de que unos políticos gobiernen con el apoyo de las urnas no les hace estar protegidos de ser criticados en cualquier momento. También hay ejemplos de políticos que tras ganar unas elecciones empiezan a cerrar los medios de comunicación que les critican. O hay libertad de expresión y de criticar a los políticos que nos gobiernan o no la hay, si no la hay se considera una dictadura y si la hay, la hay para todos, para los miembros de las religiones también. Ser o no ser.

Habla el ministro de "sus intentos de "mandatar" a cargos públicos que tienen fe católica a "actuar de alguna manera".

Es curioso que se afirme esto cuando en el parlamento habitualmente no existe libertad de voto y por lo tanto tampoco de conciencia. Porque se sabe que el diputado que vote en contra de la linea oficial de su partido va ha ser marcado y no volverá a ser incluido en las listas de las próximas elecciones, como se suele decir "el que se mueve no sale en la foto". Y si los partidos políticos actúan dirigiendo a sus miembros dejándoles tan poca libertad de acción tratándose de temas políticos discutidos y opinables, ¿cómo pueden pedir que la religión católica que se mueve por principios deje que sus miembros actúen en la vida pública en contra de sus principios sin advertirles?...

¿Permitirían dentro del partido socialista a miembros que defendiesen posturas contrarias a los principios del partido cuando éstos actúan públicamente?... en realidad nunca y ejemplos vemos continuamente, casos de políticos que son forzados a abandonar la militancia de un partido por discrepar de la "linea oficial" en temas que se consideran no opinables. Y eso que las medidas que toma la Iglesia con los que apoyan temas que van contra los principios cristianos son muy leves comparadas con las que toman por ejemplo los partidos con sus miembros rebeldes, normalmente el destierro de por vida.

Un político que se considera católico, milite en el partido que milite, sigue siendo católico y sus acciones tienen que estar de acuerdo con los principios cristianos. Si en vez de aprobar el aborto se tratase de aprobar la discriminación racial por ejemplo, un político católico no podría apoyarla aún cuando estuviese presionado por su partido.

No tiene lógica que los partidos dirijan a sus miembros y les obliguen a seguir una "línea oficial" y que al mismo tiempo no comprendan que la Iglesia oriente a sus miembros, que libremente eligen serlo. Como si las cosas que defiende un partido estuviesen respecto a los militantes del partido muy por encima de las cosas que defiende la Iglesia con respecto a los que se declaran católicos. Más cuando puede haber políticos que declarándose católicos pueden conseguir algún tipo de rédito político al presentarse a unas elecciones atrayéndose el voto de los católicos.

«"puede formar parte del debate público", siempre que, según ha apuntado Jáuregui citando a Habermas, "transforme sus principios teológicos en argumentos razonables".»

El mismo concepto de "principio teológico" ya debería ser indicativo de que no se trata de algo que se pueda someter a la adaptación de lo políticamente correcto en cada momento de la historia, que es a lo que el ministro llama "argumentos razonables". Suponemos que para el ministro, el ser razonable es aproximarse a las ideas que su partido intenta imponer en la sociedad, y según este razonamiento cuando gobierne el PP la Iglesia debería cambiar y seguir los principios de los populares y en la Alemania de los años 30, a los que gobernaban en ese momento. Un principio teológico no puede cambiar y por ejemplo en una época de la historia defender que matar a los no nacidos es un crimen y en otra época decir lo contrario, que se les puede matar si la libertad de la madre lo decide. Pasar de considerar un crimen a considerarlo un derecho con naturalidad, como hacen las ideologías. Se parecería a la frase (sin ánimo de ser ofensivos) atribuida los hermanos Marx; estos son mis principios, si no le gustan o no le parecen razonables, tengo otros.

Y en realidad hay algo perverso es esta consideración, y también muy antidemocrático, aunque el ministro use buenas formas para decirlo, que el permiso para formar parte del debate público dependa de lo que un grupo considere usar "argumentos razonables", si según un número de personas la Iglesia cambia sus principios a su propia manera de ver las cosas, ésta va ha tener derecho a formar parte del debate, si no lo hace se considerará una intromisión. Lo que demuestra lo subjetivo y arbitrario de las consideraciones sobre la supuesta intromisión, porque no es tanto que la Iglesia opine sobre las leyes que promueve el gobierno elegido en las urnas como que opine contrario a ellas y según Jáuregui, esto último no es razonable y lo primero sí lo es. Pero el derecho a opinar en el debate no depende de la opinión de un grupo que concede ese derecho o lo niega según su manera de ver las cosas, sino que es un derecho fundamental que tienen los miembros de la Iglesia como todos los ciudadanos en un sistema como el nuestro, independientemente si el grupo al que pertenece el señor Jáuregui lo considera razonable o no.

«En todo caso, ha indicado que es la soberanía popular a través de Las Cortes las que tienen que hacer las leyes porque, según ha precisado, "la ley es de los hombres no es de Dios»".

En este frase vuelve el ministro a faltar a la lógica. Dios puede todo y con su gracia puede cambiar las cosas, pero en nuestro sistema la ley la hacen los hombres, y no existe ningún medio no sobrenatural para que Dios haga directamente las leyes y supuestamente "vaya" en contra de la "la soberanía popular". Es otra prueba del intento de ponerle límite a la libertad de expresión de los católicos como tales, expresada a través de sus obispos. Porque la libertad religiosa se considera un derecho fundamental, al igual que la libertad de pensamiento, y si los católicos que libremente deciden serlo, deciden orientarse cuando actúan en política o cuando votan por los principios religiosos en los que creen, tienen derecho a hacerlo. Y al llevar sus ideas a la política pueden hacer que las leyes estén de acuerdo con las leyes de Dios, pero son "hombres" los que siguen haciendo las leyes, aunque sean creyentes. Como hombres libres tienen el derecho a proponer a la sociedad el punto de vista cristiano y como católicos el derecho de escuchar las orientaciones de sus obispos.

Salvo que se quiera negar el derecho (y el deber) de los pastores de los católicos a orientarlos, pero entonces estaríamos hablando de un tipo de sistema dictatorial como los que ya hemos conocido durante el siglo pasado, en los que se encarcelaba a los sacerdotes que se consideraban "contrarios a los intereses del estado". Sobre éste tema hay entre otras una película que se llama The Prisoner (El prisionero, se puede encontrar también doblada al español), que cuenta cómo se puede llegar a poner a toda la población en contra de un obispo de la Iglesia católica, haciéndole parecer malvado.

Por eso este tipo de afirmaciones sirven mucho para sembrar anticlericalismo, lanzan el mensaje; ved como la Iglesia intenta ir contra vosotros, intentando secuestrar vuestra "voluntad popular", intentando imponer sus argumentos "poco razonables". No dejéis que Dios haga las leyes sólo vosotros tenéis ese derecho, os quieren "mandatar"... Y las consecuencias de promocionar estas ideas en el fondo muy demagógicas(*) son dos: Uno que el ejecutivo se pone en el papel de teórico "protector" contra este "intento ilegítimo de intromisión" que ellos denuncian y sacar así un rédito político sobre todo entre la izquierda más radical y el otro es sembrar entre la gente normal la animadversión a la Iglesia y a sus miembros que según avanza el tiempo va siendo cada vez más agresiva.





Por eso se entienden reacciones como el boicot al cardenal Rouco la semana pasada, y la agresividad con los que quieren oír misa en la universidad de Barcelona, se ha sembrado que la Iglesia intenta imponer a la soberanía popular sus "argumentos poco razonables" cuando usa de su libertad de expresión y la reacción de gente poco preparada como los estudiantes antisistema es impedir, usando amenazas de violencia, que los obispos españoles se puedan expresar con libertad. Porque declaraciones como las del ministro Jáuregui no son caso aislados, se vienen sembrando regularmente desde hace tiempo, tanto por políticos como por los medios afines al gobierno. E incluso más acusatorias que éstas, porque al final el ministro las ha suavizado un poco cuando se ha referido a la colaboración con las JMJ.

Esta de idea de la "intromisión" de la Iglesia ha penetrado tanto que los argumentos que usan los antisistema son casi tan ilógicos como los usados por los miembros del gobierno para hablar de intromisión. Decían los convocantes del boicot al cardenal Rouco: «Dicho personaje ha dicho frases tan célebres como: “La unión de personas del mismo sexo no puede ayudar al progreso de la sociedad" o “la vida de un bebé equivale a la de 5 linces”.»... (!!!)


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