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GRAN DUQUE CATÓLICO ARRIESGA PODER
Y NO SANCIONARÁ LA LEY DE EUTANASIA EN LUXEMBURGO




LUXEMBURGO, 04 Dic.08.- Por primera vez en la historia de Luxemburgo, el Gran Duque soberano se opuso a una decisión de la Cámara de Diputados. Enrique I rechazó el proyecto de ley que despenalizará la eutanasia en su país y las autoridades gubernamentales han anunciado que perderá prerrogativas.

En lo que algunos medios de prensa consideran una "crisis constitucional grave", Enrique I anunció que por razones de conciencia no sancionará el polémico proyecto de ley, a la que se opone la mayoría de la población que es abrumadoramente católica.

El proyecto será adoptado definitivamente en segunda y última lectura este mes. El texto llegó a esta instancia gracias al respaldo de los diputados socialistas de la mayoría gubernamental, así como de miembros de la oposición liberal y de los Verdes. El Gran Duque debía luego sancionarlo y promulgarlo en un plazo de tres meses, pero tomó otra decisión.

Tras el rechazo, el Primer Ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, anunció que el país va a modificar su Constitución y reducir el poder del soberano.

"Vamos a suprimir el término ‘sancionar’ en el artículo 34 de la Constitución y reemplazarlo por el término ‘promulgar’, lo que quiere decir sólo promulgar leyes para que entren en vigencia", afirmó Juncker.

Algunos medios de prensa sostienen que el Gran Duque ha reproducido la crisis protagonizada en el año 1990 por su tío, el rey Balduino de Bélgica, quien se negó a firmar le legalización del aborto aprobada por las dos Cámaras legislativas belgas.

Enrique I de Luxemburgo tomó juramento como el sexto Gran Duque en el año 2000 luego que su padre abdicara. El monarca nació el 6 de abril de 1955 en Berzdorf. Está casado desde 1981 con María Teresa Mestre, de origen cubano. Tiene cinco hijos y dos nietos.

Cuando asumió el cargo de Jefe de Estado, Juncker señaló que sería "el Gran Duque más digno" debido a su "carácter y el conocimiento a fondo de su población", que asciende a 429 mil habitantes.

En su primer discurso como Gran Duque, el monarca católico animó a los ciudadanos a conservar los valores familiares, asegurar la igualdad de derechos para hombres y mujeres y a no ser cegados por la propia prosperidad.

http://www.youtube.com/watch?v=IkzI_6ItO58

aciprensa.com



Solidaridad de la Santa Sede con el gran duque de Luxemburgo

El cardenal Martino apoya su decisión de no ratificar una ley favorable a la eutanasia

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 diciembre 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Renato R. Martino apoyó este jueves públicamente la decisión del gran duque de Luxemburgo, Enrique I, de no firmar la ley que autorizaría la eutanasia en su país.

Al presentar a la prensa el Mensaje de Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Paz 2009, el presidente del Conejo Pontificio para la Justicia y la Paz recordó que "la Santa Sede defiende la vida desde su concepción hasta su muerte natural, y la eutanasia no es muerte natural".

Por este motivo, "el gran duque de Luxemburgo, que no pretende firmar la ley sobre la eutanasia, cuenta con el apoyo y la cercanía de todos los católicos".

El cardenal Martino reveló que ha mantenido un encuentro con el gran duque para informarse de sus preocupaciones y el purpurado confirmó que "esta propuesta de ley va verdaderamente contra la vida"; por eso, "el gran duque cree en conciencia que no debe firmar una ley contra la vida".

"Durante el encuentro --concluyó Martino-- he podido comprobar su fe católica".

La Cámara de Diputados de Luxemburgo adoptó este jueves en primera lectura una modificación de la Constitución para impedir que el gran duque bloquee textos legislativos con su negativa a firmarlos.

El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, promueve la reforma del artículo 34 de la Carta Magna, en el que se indica que el soberano debe "sancionar y promulgar" los textos legislativos. Si pasa la reforma, el gran duque sólo podrá promulgar las leyes.

Enrique I de Luxemburgo está adoptando la misma actitud que demostró, en el año 1990, su tío, el rey Balduino de Bélgica, quien se negó a firmar el texto aprobado por las dos Cámaras legislativas sobre la legalización del aborto.

Aquella ley pasó a la historia de Bélgica como el primer texto que hizo renunciar a un rey, ya que Balduino abdicó durante día y medio y regresó a sus funciones cuando el nuevo texto del Código Penal había sido sancionado por el Consejo de Ministros.

Por Antonio Gaspari

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